España ha presentado un récord en solicitudes de asilo, principalmente de latinoamericanos. (ARCHIVO)
Con un perfil muy diferente del de los sirios, afganos o iraquíes que llegan a Alemania, Grecia y Francia, España ha acaparado el interés latinoamericano en las solicitudes de asilo.
Según con información del diario español El País, la nación de la península ibérica enfrenta un reto logístico ante los solicitantes de asilo, personas que buscan refugio tras huir de la violencia o de la persecución.
Según el diario, en los despachos de las autoridades españolas se siguen con atención las estadísticas que llegan cada semana de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo. Las cifras provisionales, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, reflejan una evolución de vértigo en España.
El abanico de factores que ha provocado que España lidere la recepción de potenciales refugiados comienza en el Mediterráneo, sin embargo las causas hay que analizarlas también en las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frente a las caravanas de centroamericanos y, sobre todo, en relación con el régimen venezolano de Nicolás Maduro.
Asimismo, los acuerdos de la Unión Europea con Libia y Turquía para contener las rutas hacia Italia y Grecia han desplazado la presión migratoria hacia España, pero han sido las crisis en Venezuela y la violencia de las pandillas en países como El Salvador y Honduras las que han llevado a decenas de miles de personas a pedir refugio en España, por los lazos históricos, culturales y lingüísticos con América Latina.
Por otra parte, el embudo y la falta de alternativas para establecerse de forma legal en España han convertido el sistema de asilo en un salvavidas temporal para los extranjeros que no son reconocidos como refugiados.
Cabe recalcar que La reforma del modelo de atención a los refugiados es una prioridad de la UE. La negociación se juega en un tablero en el que el sentimiento antinmigración se extiende en varios países. Los socios del norte exigen más control, mientras que los países de entrada (España, Italia y Grecia) piden solidaridad para repartirse el peso de la presión migratoria.
