El rechazo de Abdullah de los resultados electorales llega poco después de que la Comisión Electoral Independiente de Afganistán (IEC) hiciese públicos los resultados de las elecciones presidenciales del pasado septiembre. (EFE)
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah, se declaró ganador en las elecciones presidenciales y rechazó los resultados oficiales anunciados este martes, según los cuales el actual presidente, Ashraf Ghani, fue el más votado con el 50.64 % de las papeletas.
"Según los votos limpios del pueblo, el equipo Alianza y Estabilidad (la organización política de Abdullah) es el ganador de estas elecciones, y anunciamos nuestra victoria", declaró el actual jefe del Ejecutivo en una comparecencia ante los medios.
El rechazo de Abdullah de los resultados electorales llega poco después de que la Comisión Electoral Independiente de Afganistán (IEC) hiciese públicos los resultados de las elecciones presidenciales del pasado septiembre.
La IEC afirmó que Ghani obtuvo el 50.64 % de los sufragios y lo declaró presidente electo de Afganistán, frente al 39.52 % de Abdullah.
El jefe del Ejecutivo anunció que su equipo "formará un Gobierno inclusivo y con una base amplia", al tiempo que calificó estos resultados de "robo" y "golpe contra la democracia".
Abdullah denunció que hay 300,000 votos fraudulentos, al igual que ya mantuvo cuando fueron publicados los resultados preliminares el pasado diciembre.
La presidenta de la IEC, Hawa Alam Nuristan, precisó hoy que 3.7 millones de personas de los casi nueve millones de votantes inscritos acudieron a las urnas el pasado 28 de septiembre. Una vez finalizada la verificación de los votos, 1,823,948 fueron considerados válidos, mientras que el resto fueron declarados nulos.
La negativa de Abdullah de aceptar los resultados de las elecciones, lastradas por las acusaciones de fraude y errores técnicos, recuerda a la situación vivida tras los comicios presidenciales de 2014.
También en aquella ocasión, Abdullah se negó a aceptar los resultados y desencadenó durante meses un periodo de crisis e inestabilidad política que no concluyó hasta que con mediación de Estados Unidos se acordó la formación de un Gobierno de Unidad Nacional, con Ghani como presidente.
La reacción de Abdullah tiene lugar en un momento delicado para la nación asiática, ya que los talibanes han anunciado una reducción de la violencia durante siete días y se disponen a firmar un acuerdo con Estados Unidos tras más de un año de negociaciones en Catar.
El documento contempla la retirada escalonada de las tropas estadounidenses y la liberación de cerca de la mitad de los talibanes encarcelados por las fuerzas afganas, y es visto como un primer paso para las conversaciones de paz entre insurgentes y el Gobierno de Kabul.