Doctor en casa - Bienestar

La balanza de la edad

Aunque pensemos que nuestra juventud será eterna, llegará el día en el que nos despertemos después de alguna fiesta y el proceso de recuperación será diferente. (ARCHIVO)

Aunque pensemos que nuestra juventud será eterna, llegará el día en el que nos despertemos después de alguna fiesta y el proceso de recuperación será diferente. (ARCHIVO)

JUNIOR ROBLES

Aunque pensemos que nuestra juventud será eterna, llegará el día en el que nos despertemos después de alguna fiesta y el proceso de recuperación será diferente.

A partir de los 30 años las personas comienzan a envejecer. Es en esta edad, según investigaciones de la Academia Nacional de Ciencias de Nueva Zelanda, cuando el metabolismo se vuelve más lento, la estructura ósea se debilita y comienzan a surgir problemas en la memoria.

Sin embargo, el envejecimiento es un proceso natural que se puede retrasar o acelerar, dependiendo del estilo de vida de cada individuo. El primer paso para demorar su llegada es adoptar medidas saludables, lo que empieza por acudir al médico para evaluar el estado de salud y para controlar las enfermedades que se padezcan.

¿POR QUÉ SUCEDE?

Al paso de los años, los procesos celulares tienen efectos que se vuelven cada vez más visibles. El cuerpo deja de crear antioxidantes naturales y la regeneración celular cada vez es menor, lo que hace que nuestros órganos no funcionen como años atrás. Ya no estamos en la etapa de “crecimiento”, sino en la de declive.

Si ya llegaste a los 30, seguramente puedes ver que las cosas han cambiado; ya no aguantas desvelarte y te cuesta más trabajo tener elasticidad o fuerza al realizar tus actividades diarias.

Durante esta etapa, algunas señales de alerta también son aumentar de peso y tener dificultad para perderlo, modificación en los patrones del sueño, cambios hormonales y envejecimiento de la estructura ósea.

Está de más recordarte que cuidarte es la mejor manera de prevención, por eso en esta ocasión recopilamos algunas recomendaciones para lucir siempre jóvenes y radiantes. ¡Toma nota!

• Aléjate de los “venenos blancos”: El azúcar, la sal, la harina y los lácteos son productos que son dañinos si se consumen en grandes cantidades.

• Mejora tu alimentación: Una dieta desequilibrada también incrementa el riesgo de envejecimiento prematuro, ya que puede dañar las células y alterar los tejidos o su capacidad regenerativa.

• Haz ejercicio: Aunque suene cliché, realizar una actividad física también ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro. Además, es la alternativa más sana para eliminar el estrés.

• Eliminar excesos: Ocúpate principalmente en los radicales libres, los cuales son consecuencia de factores desfavorables del entorno (contaminación, tabaco y estrés).

• Sé más afectivo: Acciones como abrazar, besar y convivir con tus seres amados, hacen que se produzca la oxitocina, la famosa “hormona del amor”; misma que brinda calma, relajación y placidez.

• Duerme más: Después de los 25 ya aguantamos menos las desveladas y forzosamente necesitamos descansar. Es normal no salir un día de fiesta y optar por dormir para que tu cuerpo se recupere. Este hábito favorece al buen funcionamiento de los órganos y sistemas de nuestro cuerpo.

Durante esta etapa de la vida es conveniente retomar los buenos hábitos y comenzar a cuidarnos; esto nos ayudará a prevenir el envejecimiento y, además, futuras afecciones que van apareciendo en el transcurso del tiempo. Créelo, si comienzas desde ahora, no te lamentarás en el futuro.

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