Las fuerzas de seguridad consiguieron liberar a cientas de personas en el lugar. (EFE)
Más de 12 horas de enfrentamientos para retomar el control de un centro comercial donde un militar tailandés se atrincheró tras provocar una masacre.
La Policía de Tailandia abatió este domingo a tiros al soldado que asaltó un centro comercial y que mató al menos a 27 personas e hirió a más de 40 en la ciudad de Nakhon Ratchasima, informó el jefe policial, Chakthip Chaijinda.
Durante una rueda de prensa, un portavoz de las autoridades cifró en 27 el recuento oficial de muertos, que generalmente transcurre de manera lenta, cabe recalcar que medio internacionales también aseguraron que un oficial de la Policía fue abatido durante el operativo.
Entre los heridos, 43 en total, nueve están graves, mientras 21 personas han recibido el alta médica.
El soldado tailandés, de 32 años, que publicó fotografías y vídeos del ataque en las redes sociales después de asegurar un día antes que "la muerte es inevitable", fue abatido aparentemente en un supermercado, que solo tenía una vía de acceso, en la planta inferior del edificio.
Tras horas operativo en el centro comercial Terminal 21, repleto de gente un sábado por la tarde, las fuerzas de seguridad consiguieron esa misma noche entrar en el recinto y liberar a cientos de personas mientras el atacante permanecía recluido allí.
El soldado, identificado como Jakrapanth Thomma, de 32 años, era un experto en tiro que ganó varias medallas en competiciones militares, y contaba, según los oficiales, con 6 armas de fuego -entre ellas una ametralladora M60-, numerosa munición y dos granadas.
De acuerdo con la reconstrucción preliminar de los hechos, alrededor de las 15:00 hora local del sábado el asaltante disparó a su comandante y a otros compañeros en una base militar a las afueras de la ciudad, para después robar armas y munición y darse a la fuga en un coche con el que se dirigió al centro de la urbe.
El militar condujo hasta el recinto comercial -alrededor de las 18.00- donde al salir del coche comenzó a disparar con un rifle de asalto contra viandantes y automóviles.
Acto seguido, el soldado se adentró en el edificio donde continuó con los disparos de manera indiscriminada.
Durante la madrugada la Policía llegó a afirmar que la situación se encontraba "bajo control", pero minutos después se escuchó un tiroteo procedente del interior del centro comercial.
Las autoridades sanitarias movilizaron a decenas de médicos hasta el lugar, e informaron que los hospitales se encontraban preparados para recibir a los heridos en tanto pidieron a la población la donación de sangre.
