Hace un siglo, el mundo iniciaba la década de la gran expansión económica que también fue conocida como los veinte dorados, pues la prosperidad financiera generó un ambiente de bienestar y confianza en el sistema capitalista.
El desarrollo estadounidense se basó principalmente en la transformación productiva dominada por la innovación tecnológica. La producción en serie disminuía costos y obtenía mayores beneficios en la industria como fue en los sectores de la siderurgia y el automotriz.
Los Estados Unidos se convirtieron en el modelo de estilo de vida que las familias deseaban adoptar; la publicidad promovió el consumo de bienes personales, como fueron los autos, el teléfono y el uso de los electrodomésticos, que hacían la vida más placentera. Asimismo, la venta a plazos, así como los créditos facilitaron la adquisición de todo tipo de artículos para el hogar. También la industria de la construcción se benefició con la edificación de grandes rascacielos que se multiplicaron como referencia de las grandes urbes.
Por otro lado, aumentó el interés por los espectáculos como el cine, los deportes, el teatro y los cabarets. Además se generaron nuevas corrientes de música como fueron el jazz, el charleston y los blues, esta época marcó novedosos estilos de moda que distinguieron los fabulosos veinte.
Los medios de comunicación empezaron a jugar un papel relevante, la prensa se multiplicó especializándose en revistas dirigidas a la mujer, a los deportes y a la moda. La radio se extendió tanto a zonas urbanas como rurales y fue el mejor medio para la publicidad.
El capitalismo fue sinónimo de enriquecimiento y bienestar, pues exhibía que toda iniciativa conducía al éxito y por lo tanto el esfuerzo personal tenía la recompensa del triunfo, mientras que la pereza y la incompetencia llevaban al fracaso y a la pobreza.
La América de los veinte atrajo a grupos de inmigrantes de todo el mundo que buscaban nuevas oportunidades. Los extranjeros fueron portadores de lenguas, religiones, valores e ideales que enriquecieron la cultura americana pero también fue motivo de conflictos principalmente con los conservadores, que buscaron establecer leyes discriminatorias para controlar la llegada de extraños.
Esta década de gran esplendor, fue bruscamente interrumpida en octubre de 1929, cuando los empresarios decidieron invertir en la compra de acciones con créditos a los bancos; entonces se endeudaron y cuando las acciones dejaron de subir, la gente empezó a vender, lo que ocasionó que los precios bajaran y continuaran vendiéndose aún más rápido. Finalmente colapsó con el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, entonces la década de los treinta se caracterizó por el pesimismo y la desesperanza, esta época fue conocida como la Gran Depresión.
A un siglo de distancia, esta década plantea sus propios desafíos, la historia está por escribirse, el tiempo no regresa ni se detiene, que sea una década de prosperidad dependerá de las decisiones que hoy se tomen.
