Columnas Finanzas

Contagiar a más personas

ELÍAS GONZÁLEZ ROGEL

Amediados del año, 181 CEOs de las empresas más importantes de Estados Unidos integrados en el prestigioso grupo Business Roundtable suscribieron un manifiesto para redefinir el propósito de las empresas.

Sostienen que generar valor únicamente para los accionistas ya no alcanza. Las empresas serán castigadas si no toman conciencia y acción para cuidar de sus empleados, clientes, proveedores y comunidades, además de sus accionistas.

Durante una conferencia a la que fui invitado, escuché muchas historias que me recordaron esta iniciativa. Se trataba de una audiencia pequeña integrada por personas empeñadas en resolver problemas de México y el mundo.

Después de una breve introducción, les pedí que se presentaran. Cada historia fue fascinante, pero la última fue la que más me impactó: “Hola, soy Jorge. Tengo 52 años, soy papá de cinco hijos y soy exconvicto… (pausa y silencio). Me dedico a producir y vender artículos de piel, tatuados y cincelados, bajo la marca Prison Art. Busco emplear la mayor cantidad de presos y exconvictos para darles una segunda oportunidad”.

Jorge Cueto Felgueroso es español y llegó a México a los 15 años tras la quiebra de la empresa familiar. Emprendió una carrera profesional que lo llevó a dirigir una firma trasnacional y tres años más tarde fue encarcelado debido a una disputa legal con un cliente.

En la cárcel descubrió que existen presos que desean enmendar el camino y pueden plasmar su talento tatuando piezas de cuero que el mercado valora como artículos de lujo y moda.

Tras 11 meses privado de su libertad y habiendo sido declarado inocente, Jorge fundó Prison Art para emplear a presos y exconvictos que producen bolsas, portafolios y carteras que son vendidos en México y Europa.

El año pasado, Prison Art facturó poco más de 30 millones de pesos y actualmente está buscando el financiamiento que le permita escalar las ventas a 600 millones de pesos en 5 años.

Con esto, Jorge busca crecer el negocio para emplear mil 400 tatuadores y aumentar el impacto social de su negocio. La experiencia le enseñó que requiere un modelo rentable para ser sostenible en el tiempo.

Hoy, nueve de cada 10 jóvenes que emplea se mantienen libres de alcohol y drogas y no reinciden en actividades delictivas. La meta de Jorge para los próximos cinco años es que, mediante la contratación de estos mil 400 presidiarios, lo que contribuirá a reducir un millón de delitos al año.

Actualmente con sus 203 colaboradores en el programa de reinserción ha logrado evitar más de 140 mil delitos por año.

Su historia y negocio inspiraron a cientos de empresarios y directores quienes conocieron su iniciativa a través del caso de estudio que escribí para el Programa de Continuidad. Luego de conocer su testimonio concluyeron que:

• La situación de inseguridad y violencia de nuestro país es muy grave.

• Las autoridades están rebasadas por el problema.

• La realidad demanda con urgencia la intervención de sociedad civil y empresarios.

• No es necesario vivir una experiencia profunda y dolorosa como Jorge para ayudar.

• Las causas sociales deben integrarse en las operaciones de nuestras empresas.

• El trabajo de presos, exconvictos, madres solteras, inmigrantes indocumentados o cualquier otro grupo vulnerable puede y debe ser integrado en el costo de ventas de nuestros negocios.

Querido lector, lectora: la situación social se acerca peligrosamente a un punto del que tal vez no podamos volver. Ahora más que nunca, es indispensable contribuir desde nuestras empresas y ayudar a contagiar a más personas.

Profesor del área de Dirección Financiera en IPADE Business School

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