Una demanda legal que duró años y en que ambas partes se gastaron miles. (INTERNET)
Una mujer británica entró en una disputa legal con su vecina para evitar que la otra alimentara y cuidar a su gato.
Según informa el diario The Times, en 2015 Jackie Hall comenzó a notar que su mascota, de nombre Ozzy, permanecía largos periodos fuera de casa y luego regresaba portando collares nuevos.
Colocó un GPS para rastreadlo y se dio cuenta que Ozzy pasaba tiempo en la casa de Nicola Lesbirel.
Hall y su esposo le dijeron a Nicola que eran dueños del gato y que no querían que lo cuidara o alimentara. No obstante, pese a la solicitud, repetida por cartas, mensajes de texto y correos electrónicos, Nicola siguió haciendo lo mismo de siempre.
Entonces Jackie contrató a un abogado para solicitar una orden judicial, pero Nicola se defendió y hasta dijo que Ozzy era muy "cariñoso y estaba muy apegado a ella y a su territorio”.
Luego de que ambas partes gastaran unas 20 mil libras esterlinas (485 mil pesos) en honorarios de abogados, el caso se resolvió al fin en 2019. Lesbirel firmó un acuerdo que decía que no alimentaría más a Ozzy ni le quitaría su collar, además de que tampoco le dejaría la entrada a su casa.
DA.