Durante todos estos meses la maestra ha denunciado las presuntas agresiones, pero no pasa nada.
Señalan de presunto acoso laboral a directora de la escuela primaria Cristóbal Díaz, de Matamoros, y afirman que pese a que se han enviado oficios en la Coordinación de Servicios Educativos para denunciar los hechos, así como a la Comisión de Derechos Humanos, a la fecha no ha pasado nada.
La afectada, de nombre Laura Adriana Adame, quien es maestra del grupo de sexto año, aseguró que pese a las constantes denuncias que ha hecho en la oficina local, han hecho todo lo posible para que su caso no trascienda y no se enteren en la Subsecretaria de Educación, pues hasta ahora quien ha atendido la situación es la subdirectora de Educación Primaria, a quien identificó como Judith Araceli Ramírez, y esta última está encubriendo a la directora.
Platica que las agresiones de la directora, de nombre Judith, iniciaron el año pasado, pero en febrero la situación empeoró, cuando empezó a denunciar y documentar el acoso del que asegura es objeto, pues dice que padece crisis de ansiedad; de tal forma que afirma que por esa condición no es apta para desempeñar su trabajo, y ha llegado al grado de decirle que por su "trastorno mental es un peligro para los niños", "si está loca, que se vaya al ISSSTE", o que "lo que está haciendo es echar a perder a los niños".
Mencionó que ya hay antecedente de una situación similar con un profesor, quien por evitar problemas prefirió pedir su cambio, pues Laura asegura que la directora lo empezó a presionar para que se fuera y dejara el espacio para uno de sus familiares y lo consiguió.
La presunta afectada cuenta que llegó a la escuela Cristóbal Díaz hace aproximadamente cinco años y la directora llegó cerca de un año antes, y siempre hubo "detalles", no solo con ella, sino con otros maestros, puesto que hay algunos familiares o personas "de su círculo" para quienes desde luego el trato es diferente.
Reitera que al empezar a defenderse, puesto que ha sido objeto de regaños, reclamos o prohibiciones si la llega a ver fuera del salón, ya que los "llamados de atención" son frente a los alumnos o padres de familia, ha llegado al grado de "encerrarse con los alumnos" para evitar cualquier confrontación con "su superior".
Dijo que optó por acudir a la Comisión de Derechos Humanos y la primera queja que puso fue el 11 de septiembre, donde incluso ambas firmaron un acuerdo de conciliación en el que se comprometía a que cambiaría el trato hacia ella, pero no cumplió, por lo que volvió a acudir el 20 de octubre. Como último recurso acudió al área jurídica de la Subsecretaría de Educación, en Torreón, y el encargado le confirmó que no tenían conocimiento de su caso y se comprometió a hacer una investigación.