Cultura

María Callas en México

Una legendaria soprano que llegó al país en diversas ocasiones para cautivar con su voz

Gráfica de Enrique Semo. María Callas como Leonora en la ópera El Trovador. (CORTESÍA)

Gráfica de Enrique Semo. María Callas como Leonora en la ópera El Trovador. (CORTESÍA)

POR DOMINGO DERAS TORRES

María Callas (1923-1977) la legendaria soprano coloratura griego-norteamericana, cuando cantó en la Scala de Milán, sedujo a los italianos quienes la motejaron como La Divina.

Durante su adolescencia se aficionó a las canciones del bolero mexicano. En los albores de su exitosa carrera artística fue invitada para cantar en nuestro país, antes se había presentado en teatros de Grecia, Italia y Argentina.

A mediados del siglo XX, México vivía el "desarrollo estabilizador" que incentivaría el crecimiento de su clase media, el arte musical floreció y fue evidente un notorio desarrollo de la afición por el bel canto. Las funciones de ópera tenían aceptación y demanda.

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Refiere el conocedor del tema operístico en México, Adolfo Martínez Palomo, que en la década de los cincuenta fueron las estaciones radiofónicas XELA y XEX, las que ofrecían programas de ópera a sus escuchas capitalinos. Precisamente, fue la XEX, la radiodifusora que transmitió algunas presentaciones de María Callas.

Las inolvidables actuaciones de La Divina en el Palacio de Bellas Artes, fueron detalladas por la prensa nacional y serían las cartas referenciales que la llevarían para presentarse, años después, en los supremos escenarios del Metropolitan Opera House de Nueva York, el Convent Garden de Londres y la Ópera de París.

Las grabaciones discográficas estuvieron a cargo de la internacional EMI, quien firmó el contrato exclusivo con la legendaria soprano dramática para cada una de sus actuaciones, tanto en América como en Europa.

LA GIRA DE 1950

Durante su primera gira artística en México, María Callas interpretaría las óperas Norma, Aída, Tosca y El Trovador. Alternó con los cantantes Giulietta Simionato (mezzosoprano), Kurt Baum (tenor), Robert Weede (barítono) y Leonard Warren (barítono).

Evangelia, su madre, viajó desde Nueva York para acompañarla en su debut en México. Se deslumbró con la fama alcanzada y las grandes sumas de dinero que estaba ganando su hija. Su ambiciosa ilusión de que María fuera una gran cantante se había realizado.

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A México arribó María Callas acompañada del que sería su único marido, el empresario italiano Giovanni Battista Meneghini, quien fue un eficiente administrador de sus finanzas y gran impulsor de su carrera artística.

El anuncio nocturno con focos eléctricos instalado frente a la fachada del majestuoso Palacio de Bellas Artes, edificado por el italiano Adamo Boari, anunciaba el nombre de la mítica cantante como María Meneghini Callas. Después de su separación matrimonial retiró el apellido Meneghini para ser simplemente María Callas.

LA GIRA DE 1951

Al año siguiente La Divina regresó a nuestro país, el público mexicano se había fanatizado con los espléndidos sobreagudos de alto registro que alcanzaban sus cuerdas vocales, para los eruditos de la ópera fue la mejor soprano coloratura del siglo XX. Sus discos se vendieron por millones en todo el mundo.

Aída, La Traviata, un recital que comprendió arias de la óperas La Forza del Destino y un Ballo in Maschera de Verdi, además de un concierto transmitido desde Radio México, integraron la programación de ese año en tierra azteca.

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El repertorio de sus acompañantes estuvo formado por la mexicana Oralia Domínguez (mezzosoprano), Mario del Mónaco (tenor), Giuseppe Taddei (barítono), Ignacio Ruffino (bajo) y Roberto Silva (bajo).

A México y procedente de Nueva York, viajó para estar al lado de su hija el griego George Kalogeropoulos, quien tuvo que vender su farmacia en la urbe de hierro ante la grave crisis financiera de Wall Street en 1929; después, sería un agente de medicinas.

Los empresarios de ópera que habían contratado a María Callas para cantar en México, se dieron cuenta que era un gran negocio traerla a nuestro país, organizaron con minuciosidad una tercera presentación que fue la más exitosa; "volaron" los boletos.

La Divina interpretó las óperas Il Puritani, La Traviata, Lucía de Lamermoor, Rigoletto y Tosca. El elenco de cantantes que acompañaron a la Callas estuvo integrado por Giuseppe Di Stefano (tenor), Cristina Trevi (soprano), Francisco Tortolero (tenor), Francisco Alonso (barítono), Piero Campolonghi (barítono), Edna Torres (mezzosoprano), Gilberto Cerda (barítono) e Ignacio Ruffino (bajo); fungió como maestro director Humberto Mugnai. (Callas. Imágenes de una Voz. Autor: Sergio Segalini. Ediciones Daimon Manuel Tamayo. México 1980.

ORALIA DOMÍNGUEZ ALTERNÓ CON MARÍA CALLAS

La famosa mezzosoprano mexicana nativa de San Luis Potosí, Oralia Domínguez (1925-2013), fue contratada para acompañar a María Callas en la interpretación de la ópera Aída de Giuseppe Verdi, los días 3, 7 y 10 de julio de 1951; representó con talento el papel de Amneris, la hija del Rey de Egipto.

El desaparecido periódico capitalino Novedades, así destacó la actuación de la cantante potosina: "La excelencia y pastosidad de su voz, unidas a esa natural musicalidad que ella posee y buen gusto, sirvieron para que Oralia demostrase estar ya muy cerca de la cúspide de su carrera".

Por méritos propios y después de haber alternado con La Divina, Oralia Domínguez adquirió prestigio y fue contratada en 1953 para cantar en la Scala de Milán, la ópera Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea al lado de la famosa soprano Renata Tebaldi; la rival de María Callas.

SU FAMOSO SI BEMOL DE MÉXICO

El entonces director de la Ópera Nacional de México, Antonio Caraza Campos, durante la gira de María Callas por nuestro país en 1951, se presentó ante ella llevando en su mano una partitura que perteneció a la soprano mexicana Ángela Peralta. Se la mostró y le narró que, El Ruiseñor Mexicano, había logrado emitir un bellísimo si bemol durante una interpretación de Aída; le solicitó hiciera lo mismo.

La Callas accedió a la solicitud, pero no lo haría cantando Aída y puso como condición que sería en Il Puritani de Vincenzo Bellini, en visita posterior. Y llegó 1952, fecha en que se verificó la tercera y más exitosa de sus giras por México. Caraza Campos le recordó su petición del año anterior.

El 29 de mayo de ese año, la Callas interpretó Il Puritani en el Palacio de Bellas Artes y de su mágica garganta salió un maravilloso si bemol que hizo historia, impactó, causó furor. La noticia fue difundida en el extranjero y provocó sensación en el universo de la ópera.

FOTOGRAFIADA POR ENRIQUE SEMO

Simón Flechine o Senya Flechine, fue un anarquista ruso que se refugió en México y adquirió amplios conocimientos de fotografía en Berlín y París, tenía talento en la captura de imágenes claroscuras que le dieron un resonante prestigio.

Enrique Semo, fue su nombre comercial y estableció su estudio fotográfico en la Calle de las Artes número 28 (hoy Antonio Caso), en el centro histórico de la ciudad de México. Con su cámara logró creativas e interesantes imágenes de actores, escritores, pintores y cantantes de mediados del siglo XX.

Ninón Sevilla, Salvador Novo, Rosita Fornés, Lilia Prado, Pedro Armendáriz, Cantinflas, Jorge Negrete, Pedro Infante y María Victoria, serían solamente algunas de las grandes figuras del espectáculo que posaron para Enrique Semo. De 1942 a 1963 trabajó con reconocido profesionalismo en su estudio. Lo cerró para retirarse a la vida privada en Cuernavaca, donó su magnífico archivo fotográfico conformado por más de cincuenta mil piezas al Instituto Nacional de Antropología e Historia, hoy pertenece a la Fototeca Nacional.

María Callas, cuando estuvo de gira artística en México, solicitó los servicios de Enrique Semo para que la retratara. El artista de la lente obtuvo estupendas fotografías de la diva, quien las utilizó en la promoción de las diversas óperas que representó en nuestro país, imágenes que luego destinó para sus posteriores actuaciones en Europa y Estados Unidos.

LA DESPIDIERON CON 'LAS GOLONDRINAS'

Tosca de Giuseppe Verdi, sería la última ópera que cantó María Callas en el Palacio de Bellas Artes de México, esta histórica gala operística fue transmitida por el Canal 4 de televisión XHTV y por la radiodifusora XEX, La Voz de México.

Fue patrocinadora de esta memorable transmisión la firma automovilísitca Ford Motor Company. Participaron como comentaristas en la televisión Arrigo Cohen Anitúa, y en la radio, Cristián Caballero; figuró como locutor, Gonzalo Castellot.

Al final de su actuación, La Divina recibió estruendosos aplausos y aclamaciones de un público que no abandonaba la sala, una y otra vez se vio forzada a salir al escenario sobre el que se arrodilló para derramar lágrimas de agradecimiento.

La Callas, mandó llamar en varias ocasiones a su compañero Giuseppe Di Stefano para compartir aquella vibrátil ovación de despedida, pero el tenor se retiró a su camerino y le entregó a ella sola el escenario; se adueñó de la noche.

Las vernáculas notas musicales de Las Golondrinas, al final, fueron interpretadas por la orquesta y elevaron los niveles de emoción de aquella despedida. Sus tres triunfales visitas a México la catapultaron a la fama.

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