Esta formación es lo que es por sus acantilados que alcanzan mil 200 metros de altura desde la superficie del río Grijalva. Si colocáramos en su interior el rascacielos Burj Khalifa, aún le faltarían 372 metros para sobrepasar la cumbre del mirador El Roblar. Esta maravilla natural permaneció inexplorada por siglos, pues lo denso de la selva y las difíciles condiciones de su topografía costaron la vida a expediciones de variadas nacionalidades, hasta que el grupo chiapaneco de excursionistas Pañuelo Rojo logró su conquista en 1960. En el presente, el fondo del cañón está anegado, debido a la construcción de una hidroeléctrica, pero hasta 1980 el río emergía y desaparecía 'sumiéndose' en el fondo del cañón, de ahí el título de esta formación. Existen dos opciones para contemplar la grandeza del Cañón Sumidero: desde los miradores en la parte alta a los que se llega desde el norte de Tuxtla Gutiérrez, o navegando el Grijalva en lanchas con guía incluido. Para acceder al cañón por agua, acudimos al embarcadero. Navegamos en una de las lanchas de motor de una cooperativa turística. Para este recorrido se recomienda sombrero ancho con barbiquejo o, bien, gorra muy bien ajustada, pues los vientos dentro del cañón pueden ser intensos. El protector solar es obligatorio, más que recomendable. Ya acomodados en la embarcación y con chaleco salvavidas, partimos del embarcadero tomando velocidad y el guía, a su vez, dando sobre el cañón y su participación en el ecosistema. La lancha se acerca al famoso Árbol de Navidad y a la Cueva de Colores. Esta última, menos conocida, toma sus brillantes tonos en rosa gracias a los minerales filtrados de las capas tectónicas, los cuales se acumulan en el cielo de la caverna, así como en el verde de los musgos nutridos por la humedad del río. El guía operador de la lancha nos lleva hasta el límite navegable de la presa Chicoasén, en donde además de observar la vegetación selvática y conocer la historia de la población trasladada por esta magna obra, disfrutamos la conveniencia de un mercader navegante, quien ofrece cervezas, bebidas sin alcohol y dulces. De regreso, podemos ver cocodrilos tomando el sol a las orillas del río. La experta mano del conductor y las condiciones del día no permitieron que alguien desembarcara empapado, aunque unas cuantas salpicaduras se pueden esperar, así que hay que proteger cámaras y celulares.
Si buscas un viaje memorable para tus próximas vacaciones, Chiapas es el lugar indicado por sus maravillas naturales. Conócelas o redescúbrelas por cielo, agua y tierra.
Si algo caracteriza y atrae de nuestro país es su enorme cantidad de tesoros naturales, unos ocultos y otros más que conocidos. En Chiapas, hay ambos: algunos son famosos, mientras que otros han gozado de una menor difusión, siendo igualmente impresionantes. Lanzarse a presenciar estos parajes cámara en mano, contemplar su majestuosidad y aprender de sus ecosistemas es una experiencia memorable.
En cada una de estas maravillas se pueden comprar artículos de gran calidad y de fabricación local. Además de explorar los atractivos de uno de los estados más encantadores de México, se apoya a las familias emprendedoras.