Durante mucho tiempo yo he sabido
que un gazapo es un conejito recién
nacido y pensaba que al error que se
imprime en un periódico porque se
“escapa” se llamaba así por eso.
Pues ahora me encuentro con que
el gazapo conejo y el gazapo error
tienen raíces diferentes. Resulta que
el gazapo-error proviene de gazafatón, una antigua palabra española derivada del griego kakénfaton que
quiere decir “error de lenguaje” o “palabra malsonante” y pues sí, suena
bastante feo la palabreja. El gazapoconejo, en cambio, toma su nombre
de otra palabra griega: dasupous que
se refiere a un “conejito”.
Las etimologías nos ayudan mucho para conocer el origen de las palabras, pero hay que tener cuidado
porque existen muchas de ellas que
tienen orígenes diferentes, a veces
muy distantes uno de otro.
Un ejemplo: lo escatológico es lo
que se refiere al excremento. Sí, muy
bien, pero resulta que lo escatológico
se refiere también a algo muy diferente: a las creencias religiosas que se relacionan con la vida después de la
muerte y con el final del hombre y de
todo el universo.
Entonces hay escatología fisiológica y pues… escatología religiosa. La
primera tiene sus raíces en el griego
skatós que significa excremento. La
otra, la religiosa, deriva de la raíz ésjatos que también es griego pero se
refiere a lo último, es decir a la última
parte de la vida del hombre.
Con la palabra delfín pasa algo similar. En el caso del animal juguetón, la
palabra delfín proviene de la raíz latina delphin que a su vez deriva del griego. En el caso del otro delfín, que es un
sucesor de alguien importante, la palabra deriva de Dauphine que es una región francesa cuya capital es Grenoble.
Así que, cuando se busque una
etimología, posiblemente sea necesario estudiar un poco más a fondo e investigar si existe uno o muchos orígenes de una palabra, porque esto puede provocar que caigamos en un
error, como el caso de mi gazapo.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios:
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@donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA:
Aldo Núñez: “¿Se debe escribir ‘sé
bueno’ o ‘se bueno’?”
LE RESPONDO:
La palabra sé cuando es imperativo
del verbo ser, como en este caso, se
acentúa. También se acentúa cuando
se usa el presente de indicativo del
verbo saber en primera persona: Yo
sé que me quieres.
No se acentúa cuando es pronombre, por ejemplo: todos se fueron, la
dama se cayó.
LAS PALABRAS TIENEN LA
PALABRA:
El secreto de una buena vejez es
hacer un pacto honrado con la
soledad.