El presidente Sebastián Piñera seguía el domingo sin poder detener multitudinarias protestas, en el décimo día de un estallido social que amplía a diario sus exigencias, desde más ciclovías a una nueva Constitución. (EFE)
El presidente Sebastián Piñera seguía el domingo sin poder detener multitudinarias protestas, en el décimo día de un estallido social que amplía a diario sus exigencias, desde más ciclovías a una nueva Constitución.
Los hechos vandálicos en Chile declinan notoriamente: de 33 en la víspera a 16 la última jornada, informó el domingo el gobierno.
En un parque cercano al centro de Santiago miles de personas se reunieron para participar en el festival “Por el derecho a vivir en Paz” con la presencia de artistas.
Un millar de ciclistas daban vueltas entre las doce cuadras que separan el palacio de gobierno de la principal plaza de la capital chilena que el viernes fue el escenario de la mayor manifestación en la historia del país --con más de 1.2 millones de personas-- mientras en barriadas populares aumentan los cabildos populares. Las “cicletadas” se sucedían en ciudades del norte y sur del país.
Otras protestas de corte musical se esperaban por la tarde.
Entretanto la clase política espera un cambio de gabinete anunciado la víspera por Piñera.
El abanico de demandas sociales van de alzas de salarios a incrementos de pensiones, mejor salud, educación, viviendas, rebajas en los peajes, más ciclovías y cambios a la Constitución.
Piñera anunció el martes una agenda social que incluye medidas como rebajas en los precios de la luz y de los medicamentos, alzas en las pensiones de los más pobres y del ingreso mínimo y rebajas en las dietas y asignaciones de los parlamentarios, que oscilan entre los 27,000 y 44,000 dólares mensuales. En la víspera agregó que analizan rebajas a las tarifas del agua y los peajes.
El analista político Marcelo Mella dijo a The Associated Press que Piñera debe alcanzar acuerdos con la clase política, porque no puede dialogar con los manifestantes, que son “un movimiento muy complejo, no hay una interlocución del movimiento”, que de momento no ha exhibido banderas partidarias.
El violento estallido social contra la desigualdad el viernes 18 de octubre, que siguió a las protestas de estudiantes contra un alza tarifaria en el sistema de transporte subterráneo, derivó en protestas no vistas ni siquiera durante la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Piñera dijo la víspera que “si las circunstancias lo permiten” levantaría el estado de sitio que afecta a la mayor parte del país. Arica, en el extremo norte, fue la primera ciudad en la cual se levantó el estado de excepción.
