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Las palabras tienen palabra

El futuro y el destino

Juan Recaredo

Un día me encontré con una gitana que me insistía en que era capaz de ver el futuro y quería decirme el mío… ¡Ver el futuro! Increíble, así que me senté. Luego de que terminó de decir puras cosas estandarizadas como: “Vienen importantes proyectos para ti”, “Alguien importante regresará a tu vida” y cosas por el estilo, me quiso cobrar mil pesos. Se enojó cuando le dije: “Usted ya sabía que no le iba a pagar, ¿qué no ve el futuro?”.

¿Cuántas cosas haríamos —o dejaríamos de hacer— si pudiéramos ver el futuro? Pues muchas. No podemos conocer al futuro pero sabemos bien que sucederá en algún momento y se convertirá en el presente, en el ahora. ¡Qué filosófico!

Futuro es una palabra que viene del latín futurum que significa “lo que ha de ser”, o sea que podemos estar seguros de que el futuro será, pero no sabemos qué será.

A Fulanita ya le dieron su anillo de compromiso, ya se va a casar. “¿Y cuándo nos vas a presentar al futuro, manita?”.

Las amigas de la muchacha le reclaman que no conocen a su futuro esposo, pero le quitan lo de “esposo” y queda sólo en futuro. Se refiere, por supuesto, al prometido, ese muchacho guapo, bueno y decente que enamorado le ha pedido que se case con él. ¿Y qué promete el prometido? Pues no rajarse y cumplir con “llegar a altar” y casarse con ella por las tres leyes. El prometido ya está bien metido, en el compromiso. Ya quedamos en que el futuro va a venir —queramos o no— y por eso también le llamamos porvenir. Otra forma de decirle a lo futuro es lo venidero, que es “lo que va a venir o suceder” y no como dijo alguna vez el maestro Armando Hoyos, que venidero es un hotel de paso. Yo no le entendí.

Usado muchas veces como sinónimo de futuro está el destino, y éstas son palabras que comparten el concepto de la incertidumbre sobre un tiempo que llegará, pero el destino se refiere específicamente a los sucesos que, según las circunstancias buenas o malas de una persona, definirán su vida en el futuro. Si se va usted de viaje, el lugar en el que estará en un futuro cercano —si es que su vuelo no se retrasa— también es llamado destino.

¿Y el hado? Es el esposo del hada. Pues tienen relación, pero mejor vámonos por partes. Hado es un sinónimo de destino porque viene de la palabra latina fatum que significa eso: destino. De fatum surgió la versión vulgar —o sea, la popular— que es fata, que al final se convirtió en hada.

Quedamos entonces en que, en ciertos casos, el futuro y el destino son sinónimos, y a éste último también podemos llamarlo hado o sino. Y si no me despido ahora de usted, aquí le sigo. Así que mejor le digo: ¡hasta luego!

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios:[email protected], Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Miguel Santos: “en un debate escuché la palabra ‘preconizando’ y no entendí su significado, ¿me lo puede decir?”

LE RESPONDO:

Preconizando es estar elogiando públicamente a algo o a alguien.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Los años enseñan muchas cosas que los días no conocen.

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