Feliz. El Mago Leos está celebrando cuatro décadas en los escenarios, dice que ha disfrutado tanto su trabajo que el tiempo pasó volando como por arte de magia. (EL SIGLO DE TORREÓN/ERICK SOTOMAYOR)
Roberto León es un lagunero felizmente casado y con dos hijos que le han dado muchas satisfacciones. Su alter ego es El Mago Leos, quien ha sido cómplice de muchos habitantes de la región en fechas importantes.
El pasado 15 de septiembre de 2019, el mago celebró 40 años de carrera, tiempo en el que ha recibido bendiciones, pero también se ha tropezado logrando salir adelante siempre con una sonrisa y a sabiendas de que siempre hay algo bueno detrás de una mala experiencia.
León visitó El Siglo de Torreón y el foro de Siglo TV para hablar de sus cuatro décadas en los escenarios y además contó detalles de su vida personal, con el fin de que sus paisanos lo conozcan un poco más.
¿Cómo está Mago?
Muy bien gracias a Dios.
¿Cómo lo trata la vida justo a sus 40 años de carrera?
Excelente, Dios me ha dado más de lo que merezco.
¿Pensó algún día en que llegaría a celebrar estas cuatro décadas de divertir al público lagunero y de otras partes del país?
La verdad no pensé que llegaran tan pronto estos 40 años, pues he disfrutado tanto mi trabajo que el tiempo pasó volando como por arte de magia.
¿Festejó esta fecha de una forma especial?
De un forma sencilla, asistí a misa a dar gracias a Dios el día 15 de septiembre por la mañana con nuestro obispo emérito don José Guadalupe Galván y por la noche mi familia me tenía preparada una sorpresa con una cena familiar y el pasado primero de octubre recibí un homenaje por medio de la Casa del Niño porque también tengo 40 años ininterrumpidos llevándoles mi show y fue muy emotivo para mí.
Hoy, ¿qué le agradece a la vida?
Le agradezco a Dios y a la vida por este hermoso trabajo.
¿Antes de hacer magia y comedia se dedicaba a algo más?
Tuve un taller de carpintería y trabajé para varias empresas, la última fue Hilandera de Torreón por varios años. Estudié agronomía.
¿Cómo fue que se volvió mago?
Primero fue un hobby, después poco a poco con ayuda de mi familia armamos un show mágico.
¿Recuerda cuándo y dónde fue su primer show?
Fue un 15 de septiembre de 1979 en el restaurante bar La herradura, ya desaparecido.
¿En ese tiempo qué fue lo más difícil que tuvo que enfrentar para perseguir sus sueños?
Todos mis conocidos y familiares lo veían como un juego sólo mi madre Soly Vera, mi esposa Rosario y mi suegro Roberto Álvarez me apoyaron incondicionalmente
¿Qué recuerdos guarda del Torreón de esos tiempos en los que usted iniciaba?
Recuerdos muy bonitos porque la gente me aceptó inmediatamente.
¿Cuáles magos lo han inspirado?
Norm Nielsen, lo vi en una película y de ahí empezó todo. Después me abrió las puertas de la magia el mago Dino por el cual tuve la oportunidad de conocer varios y excelentes magos como Frakman, mago Baron, Jamedu, Mandrake, El mago Frank, el maestro Chen Kay, de quien recibí muchos consejos, el padre Mario Guerrero, el mago Spaider, el mago Paulino y todos los grupos de magos de la República Mexicana y algunos extranjeros.
¿Probó suerte en Ciudad de México?
He trabajado en México en varios congresos y con varias empresas, pero como mi público lagunero no hay dos.
¿Llegó a laborar con artistas nacionales?
Al principio de mi carrera trabajé en shows nocturnos con varios artistas locales y nacionales como Los Polivoces, Yuri, Marco Antonio Vázquez, José Luis Rodríguez, Sin Bandera y varios más.
¿Cuándo se casó y en dónde?
Hace 44 años aquí en Torreón.
¿Y los hijos cuándo llegaron a su vida?
Once años después Isaac, actualmente El Mago Isaac y nueve años más tarde mi hija Lupita, quien ahora es mi asistente y brazo derecho.
¿Qué admira de su esposa, de su hija Lupita y de su hijo Isaac?
De mi esposa su paciencia por ayudarme y salir adelante y de mis hijos los admiro por sus valores que siempre han sido buenos hijos y excelentes estudiantes. Isaac hoy está felizmente casado y se dedica a la docencia y a la magia.
En cualquier carrera hay aciertos, pero también tropiezos, ¿Cómo logra enfrentarlos?
Aprovecho el buen humor que Dios me ha regalado para salir adelante y trato de ver la vida con entusiasmo. Considero que cualquier tropiezo se supera con una sonrisa.
¿Se ha quedado con ganas de algo en el aspecto profesional?
Siempre me quedé con las ganas de aprender otros idiomas, pero no lo logré aunque de alguna manera sí lo hice gracias a mis hijos ya que ellos sí hablan inglés.
¿Qué mensaje le da usted a los laguneros?
Que trabajen en lo que los haga felices y que le den a la vida la mejor de sus sonrisas.
