Entre los pacientes se pueden encontrar casos de violencia física, sexual y psicológica sufrida en los propios hogares o sitios en los que consumían las drogas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Cada vez son más los menores que consumen cristal, y a pesar de tratarse de una sustancia dura, se ha encontrado que actualmente es la droga de permanencia en los menores que requieren un internamiento para rehabilitación. Esto significa que pueden presentar consumo de diferentes drogas, pero el cristal o metanfetamina es la que no dejan de usar en ningún momento.
Dicho comportamiento ha sido apreciado en pacientes que atiende de forma gratuita el DIF municipal de Durango, a través del Centro de Rehabilitación Infantil Analco (CRIA). El único lugar certificado para atender a niños de 10 años y a adolescentes hasta de 15 años con 11 meses de edad.
"Nos estamos dando cuenta que la droga de permanencia en el adolescente desafortunadamente es la metanfetamina y ha incrementado en menores", comentó la directora Martina Sosa Chávez, quien tiene experiencia de una década en el tratamiento del CRIA.
Son múltiples los factores causantes de una adicción a drogas, pero en muchos casos puede considerarse como una enfermedad de la familia, y así lo muestran las historias que surgen en este centro.
"De la población que tenemos en este momento, o es papá o es mamá los que son adictos".
De esta forma, ha habido casos en que ha solicitado al padre que vaya a rehabilitación para que pueda acudir a las visitas con su hijo en el CRIA.
Entre otros problemas, una de las cuestiones que más preocupa es que la adicción en los adultos se ha normalizado, sobre todo con el consumo de alcohol, alertó Sosa Chávez.
"Tenemos pacientes hijos de padres alcohólicos o de madres adictas también". Igual que en los menores, en el caso de los adultos desde hace unos años el cristal es la droga de permanencia, consumo que "posiblemente hayan iniciado en alguna etapa de la vida con el alcohol".
De ahí la dificultad de evitar que los menores sufran recaídas, ya que pocas veces tienen una red de apoyo familiar fuerte, puesto que sus papás también son adictos.
El impacto de la drogadicción tiene un gran alcance, advirtió. Un paciente adicto "contamina" a entre 50 y 60 personas a su alrededor.
