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La hacienda de San José de la Goma

Crónica Lerdense

(CORTESÍA)

(CORTESÍA)

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO, DURANGO)

Primera parte

En la margen izquierda del Río Nazas se encuentra uno de los asentamientos más antiguos en la zona rural de Lerdo, es La Goma. Este pueblo fue fundado por el jesuita Jacinto Fernández, el día 10 de marzo de 1621 y formó parte como el primero en la era colonial que nació después de la fundación de la Misión de San Juan de Casta del 6 de mayo de 1598. Así mismo fue un segmento con el nombre de San José de la Goma, San Atenógenes y rancho de Toledo, que había sido dependiente del gran latifundio de la hacienda de la Santísima Trinidad de la Labor de España. La casa grande de la Goma se construyó en el año de 1854; en su alrededor de la finca se fabricó una barda perimetral como fortaleza tipo muralla para protegerse de los indígenas y de los forajidos. Es así como los colonizadores del Sur Poniente del territorio de Lerdo fueron españoles navarros que abrieron los caminos del desarrollo para crear un extenso latifundio promoviendo así las labores que vinieron a fortalecer muestro territorio.

La legendaria hacienda de la Santísima Trinidad y la Labor de España, propiedad de Fermín Arriaga, que en aquel entonces comprendía tres secciones conformadas: por los terrenos de riego de la Santísima Trinidad de la Loma, la de San José de la Goma y San Atenógenes, además de los de agostadero. En esta historia Brígida Arriaga, hermana de don Fermín, se casó el 8 de junio de 1822 con Anselmo Garde, en la capilla de Santa Engracia en Uztárroz, España. Dentro del matrimonio crearon 3 hijos: Francisco, José y Antonio Gracian. Fermín como buen visionario, en vida decidió heredar por medio de testamento el tres de mayo de 1849, para repartir los bienes de la Santísima Trinidad de la Loma, en sus tres divisiones. Al llegarse el fallecimiento de Fermín Arriaga las propiedades descritas les fueron entregados a los jóvenes, Juan Francisco y José, de acuerdo con el testamento otorgado en la Ciudad de Durango.

Poco después estos hermanos dividen el gran latifundio de la Santísima Trinidad de la Labor de España, dándose este hecho el primero de agosto de 1853. En esta separación de las propiedades, José Francisco, se le es traspasada las tierras de San José de la Goma y de San Atenógenes, con sus fábricas, agostaderos, semoviente y todo lo que les ha sido siempre anexo, incluso herramienta y aperos de labranza. Además, fábricas, despepite de algodón, semovientes, labores de riego y agostaderos. En esta transacción José se adjudica el resto de los terrenos de riego y agostaderos. Así mismo, dentro del paquete de adjudicaciones a que tuvo derecho José Francisco para el completo de su haber fue la casa que la testamentaria del finado Sr. Arriaga tenía en esta población. Con lo que se puede deducir que la casa grande de la hacienda de San José de la Goma, para 1854 estaba ya construida junto con la grandiosa Capilla del Refugio.

Así mismo José Francisco Garde como parte de su hijuela, quedó obligado a responder y a cubrir una gran variedad de créditos a sus familiares: Refugia Arriaga; Antonio del mismo apellido; a la Testamentaria de José María Elizalde; a Andrés Meraz y a Pedro Torres. Los linderos de la finca de La Goma tuvieron los siguientes: al oriente, la Hacienda de "San Juan de Casta"; propiedad del señor Juan Nepomuceno Flores; al Sur Río Nazas de por medio la Hacienda de "La Loma" de la familia Garde y al poniente, con los terrenos de San Jacinto anexo de la Hacienda del Refugio, de los señores hermanos Arriaga.

La casa grande o casco de la ex hacienda tenía una planta rectangular y la característica arquitectónica constaba en su origen con una fachada principal con un majestuoso portal que resalta con singular arqueada de material de cantera, viendo hacia el oriente. Por el costado norte de éste edificio, se accedía al atrio de la Capilla, parte del mismo conjunto. Construcción de muros de 0.90 metros de ancho, techo de morillo, carrizo y terrado. Su entrada principal de la casa es un pórtico de gran tamaño por donde se pasa a un zaguán y nueve cuartos muy amplios que se comunican con el patio central, como elemento, al que circundan corredores con arcos de medio punto apoyados en columnas de cantera, que daban acceso hacia los espacios para lo que fue el servicio doméstico y al despepitador, caballerizas y bodegas, con muros de adobe de tierra, techos con vigas de morillos de árbol, rajas de árbol, tierra y mezcla. Rodeaba a la casa grande un amplio terreno con una gran muralla, hasta 200 metros aproximadamente a los lados oriente, norte y poniente.

La Santa devoción de venerar a Nuestra Señora del Refugio fue establecida en la Comarca Lagunera por el Terrateniente Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, que vino a dar a estas tierras lerdenses en el año de 1836. Personaje que era un practicante y devoto de nuestra Señora del Refugio, mandándole construir un templo en la antigua hacienda de San Juan de Avilés, en el año de 1843, terminándolo en 1852. En ese tenor Fermín Arriaga construye la capilla de la hacienda de San José de la Goma, a la cual denominó de nuestra Señora del Refugio, edificio religioso que forma parte del conjunto de la hacienda La Goma. La fachada principal con una portada que muestra dinteles sencillos y un entablamento con pináculos, de material de cantera; al frente un pequeño atrio y a un costado.

La torre presenta columnas pareadas en las esquinas con arcos de medio punto de material de cantera y resalta del caserío; en el interior de la capilla contiene una nave de planta rectangular construida con muros de piedra de 1.20 metros de ancho aplanado a la cal y marcos de cantera lisos; entrepisos, viga y terrado plano, cubierta o techo, viga con tabla de madera y terrado, apoyadas en zapatas que sustentan terrado. En la parte superior de la entrada principal de la capilla se localiza un entarimado de madera que sirve para el coro. En uno de los muros frontales del techo se observa una leyenda que dice: "Refugio de Pecadores". En el techo y vigas se conservan todavía algunos dibujos artísticos en bonitos colores de la época antigua.

En el interior del edificio religioso cabe destacar los 3 altares, uno al frente y 2 laterales, obras pertenecientes a la arquitectura regional, labradas en cantera y doradas. El altar principal de la capilla luce una cantera pura en estilo ecléctico con arcos ojivales y en su arqueada se encuentra colocada la imagen de Nuestra Señora del Refugio, patrona del lugar, con imágenes talladas en madera. A la derecha el Sagrado Corazón de Jesús e izquierda la Virgen de la Inmaculada Concepción. La herrería que delimita al presbiterio es de fierro vaciado, artesanía con característica de la región. Así mismo del interior se comunica al norte lo que se llama la sacristía. Otras imágenes veneradas por la comunidad se encuentran en la capilla, como al centro la Virgen de la Purísima Concepción, Jesús de Nazaret, Señor San José, Cristo Crucificado, continuando con la de la Santa Petronila representada en madera y cartón enlonado muy bien compactado.

Por el costado sur de la capilla es la entrada por una bóveda de construcción de piedra, donde se origina la escalera tipo caracol a base de tablones de madera de troncos de morillo fabricados artesanalmente donde se comunica al coro y al campanario.

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Escrito en: crónica lerdense

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