El arte de vivir, dijo el maestro, consiste en ayudar a tu prójimo a vivir.
Debes ser parte de su felicidad, y no de su tristeza o sufrimiento. En tu casa, en tu trabajo, en la reunión, haz que quienes tratan contigo se sientan bien, en vez de darles motivos de enojo, de pena o malestar.
Procura que tu presencia haga que los demás se sientan importantes. Eso te hará importante a ti. Sé amable con todos. Eso te hará amable. Con todos sé bueno, así conseguirás que todos sean buenos contigo.
No te importe el egoísmo de aquél o aquélla con quien tratas. Tú no seas egoísta.
No hagas caso de la vanidad o la soberbia de fulano o de fulana. Tú no caigas en soberbia o vanidad.
Llegará el día en que no estemos ya en el mundo. Lo mejor que podemos dejar de nosotros es un buen recuerdo. Y los buenos recuerdos de mañana se hacen hoy.
¡Hasta mañana!...