Seamos sinceros: para criticar somos muy buenos, ¿a poco no? Si creemos que alguien falla en algo —cualquier cosa— nos sentimos con el derecho de decir cómo es que se deben hacer las cosas correctamente, pero pocas veces brindamos un elogio cuando alguien hace las cosas bien.
Por cierto, ¿qué significa la palabra ‘elogio’? Significa alabanza, hacer notar las cualidades, habilidades, el esfuerzo o dedicación que una persona le puso a una acción para que estuviera bien hecha, para que fuera digna de elogio. Sin embargo, a veces preferirnos reservarnos el elogio, ¿por qué?
Aún entre los miembros de una familia vemos que sólo se escuchan críticas. Cada día estamos siendo más intolerantes con el papá, con la abuela, con el hermano o con el hijo, con gente a la que queremos de corazón pero nunca se lo decimos. Y de las críticas que se dan en redes sociales, mejor ni hablamos… ¡son brutales!
No nos damos cuenta de que, con esa actitud, estamos orillando a que la gente sea cada vez más indiferente, que le importe poco si hace bien o mal una cosa. De todas maneras nadie le va a “echar porras” pero si algo sale mal, entonces sí le vamos a echar el caballo encima, recriminándole “¿por qué lo hiciste así?”, “Así no se hacen las cosas”, o alguna frase por el estilo.
Las chicas jóvenes, adolescentes y aún casi niñas se van gritando, aullando detrás de un artista porque canta bien, porque es muy guapo y famoso sin darse cuenta que todo es fruto de la mercadotecnia, que detrás de ese ídolo hay gente que está ganando mucho dinero gracias al apoyo de sus fans. Los ahora llamados influencers influencian a los pensamientos y decisiones de los jóvenes. ¿Por qué? Pues porque ellos se la pasan metidos en el teléfono celular, en las redes sociales y ahí encuentran lo que en casa jamás reciben: una palabra de aliento, aunque sea falsa y nada más tiene la intención de ejercer cierto control sobre dicha persona. La gente se va volviendo frívola y superficial.
Hay especialistas analizando estos comportamientos y nos piden que “comencemos a dar más valor a nuestra familia, amigos, alumnos, empleados. Elogiemos al buen profesional, alabemos la actitud positiva, la ética, la belleza de nuestras compañeras, el buen comportamiento de nuestros hijos”, obviamente cuando la situación lo amerite.
Valoremos las cualidades. Los elogios son la motivación principal en la vida de cualquier persona, según dicen los expertos. Hay que hacerse el propósito de no juzgar negativamente a nadie… Hoy no voy a criticar. En cambio le diré a la gente que conozco y que quiero lo maravillosa que es.
¡Con eso yo también me voy a sentir maravillosamente bien!
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios:[email protected], Twitter: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA:
Alma de la Cruz: ¿Está bien dicho “noticiero” al programa donde se dan las noticias? LE RESPONDO:
Claro, desde hace tiempo que se aceptó con ese significado, porque antes era solo “noticiario”.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: La inteligencia le fue concedida al humano para que fuera capaz de dudar
