Lo ideal es mantener los dos pies en el piso. (ARCHIVO)
Sentarse con las piernas cruzadas es acto que incluso muchos realzan por reflejo y costumbre, sin embargo, esto puede traer problemas luego de pasar mucho tiempo en esta posición o si se hace habitualmente.
La revista VOGUE, junto con la doctora Heidi Waldrof, del centro médico de Mount Sinai en New York, hablan sobre los daños que puede ocasionar sentarse con las piernas cruzadas:
Mala circulación
Una presión ligera puede llegar a interferir fácilmente con la circulación de la sangre ya que las venas son de estructura suave. Cuando se coloca una pierna sobre la otra se presiona el nervio peroneo que se encuentra detrás de la rodilla; este mal comienza con adormecimiento en el área.
Acelera el desarrollo de várices
En palabras de la doctora Waldrof, cualquier cosa que bloquee el retorno de la sangre de las piernas al corazón ejerce presión en las venas, lo que provoca que estas se hinchen y se expandan. Cuando el flujo regresa a la normalidad también lo hacen las venas, pero este cambio trae como consecuencia la aparición de várices.
Mala postura
Vuelve imposible mantener la espalda recta y la cadera alineada al asiento, por ello lo ideal es mantener los dos pies en el piso. Esto puede ser la diferencia entre sufrir dolores musculares graves a largo plazo.
Presión sanguínea elevada
En un estudio realizado por una clínica especializada en Turquía, llegaron a la conclusión de que los participantes tenían la presión sanguínea más alta cuando cruzaban las piernas, incluso con índices más elevados en aquellos que padecen presión alta.
Trombosis
Esto se puede presentar principalmente en personas con riesgo de sufrir coágulos sanguíneos, a los que los expertos recomiendan no cruzar las piernas por periodos de tiempo muy extensos para evitar una trombosis venosa profunda.