He tomado en mi mano una hoja que cayó del árbol.
Es muy pequeña, pero si la miras bien encontrarás en esa hoja el mismo misterio y la misma majestad que en una estrella.
¿Qué haré con esta hoja? La pondré entre las páginas del libro que ahora estoy leyendo. Ese libro se llama “Walden”. Lo escribió un filósofo que no sabía que era filósofo: Henry David Thoreau. Los hombres han hecho maravillas.
Han producido obras de arte inmarcesibles.
Han inventado máquinas prodigiosas.
Han erigido monumentos que perduran y ciudades que cuentan su edad en siglos.
Ningún hombre, sin embargo, podría hacer esta hoja que ahora tengo en la mano. Seamos incrédulos.
Practiquemos la gris doctrina del escepticismo.
Pero al menos preguntémonos de dónde vino esta hoja.
¡Hasta mañana!...