Columnas la Laguna

IBERO TRANSFORMA

TELEFONEMAS EN TORREÓN

CLAUDIA GUERRERO S.

En México las telecomunicaciones que había a finales del siglo XIX y hasta 1940 -cuando por Lázaro Cárdenas se expidió la Ley de Vías Generales de Comunicación que estableció que su construcción, establecimiento y operación requerían de concesión o permiso federal- estuvieron sujetas a la jurisdicción estatal. Antes de esta ley las concesiones se hacían a través de contratos entre los gobernadores y particulares y la regulación surgía en los propios contratos cuando se determinaba lo que era necesario controlar debido a que no existían modelos a seguir.

Una de las primeras compañías telefónicas que operó en Torreón es la de la Empresa Telefónica Sepúlveda; fundada en 1898, era propiedad de Julia Sepúlveda de Elizondo y se le autorizó hasta 1927 la instalación de redes telefónicas en los municipios de Lerdo y Gómez Palacio Durango.

El gobierno del estado de Coahuila presidido por Miguel Cárdenas celebró el primero de junio de 1903 el contrato para el establecimiento y explotación de líneas telefónicas interurbanas y locales en el Estado con el señor Juan Woessner y, en mayo de 1909, le otorgó al señor José G. Madero la concesión para la construcción y explotación de una línea telefónica entre Saltillo y Torreón.

En 1924 llegó a Torreón le Empresa de Teléfonos Ericsson, S. A. (Mexeric) que inició operaciones en México desde 1905 y que en 1947 le vendió sus activos a la compañía que hoy es Telmex. En octubre de 1926, Manuel Pérez Treviño, gobernador del estado, celebró un contrato con Nemesio Ponce para el establecimiento, fomento y explotación de los servicios telefónicos, telegráficos urbanos, interurbanos y de larga distancia en los municipios de Coahuila.

Las compañías establecidas en Torreón fueron la Woessner, la Sepúlveda -que compiten hasta 1927, cuando la primera se remató- y la Ericsson; cada una de ellas estableció su red y tuvo su propia numeración. La comunicación entre ellas fue posible hasta el 9 de enero de 1948, cuando se unificaron los sistemas telefónicos, y después, poco a poco, las telefónicas de las distintas localidades se fueron consolidando en una sola empresa que llegaría a ser la gran empresa paraestatal pública de Teléfonos de México (Telmex).

El detalle con el que se establecían los contratos incluye el costo por el número de palabras por telefonema, por el tiempo de duración de las conferencias y por la distancia entre quienes establecían la comunicación; también, por las distintas modalidades posibles, que podían ser de teléfono a teléfono, de persona a persona, de cita a hora determinada por mensajero, y también por el horario del servicio en diurno (de 4:30 a 19:00), nocturno (de 19:00 a 4:30) o dominical diurno que era el más barato de todos. También se detalla el costo de minutos adicionales o de los cargos cuando no era posible realizar la conferencia. Asimismo podemos encontrar el número de alambre, la altura de los postes, la cantidad de postes por kilómetro, la fianza para asegurar la construcción de la red telefónica, la dispensa del pago de contribuciones y los servicios gratuitos otorgados a la autoridad municipal o estatal.

Seguimos hablando por teléfono, sólo que ahora generalmente las llamadas y los minutos son ilimitados y por lo que ahora pagamos es por la conducción de datos en unidades de bytes por tiempo y en comunicaciones que se establecen por satélite.

Leer más de Columnas la Laguna

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas la Laguna

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1602995

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx