Tenemos una amistad entrañable, no porque nos reunamos con frecuencia, sino por la relación afectiva que hemos establecido a lo largo de más de 11 años en los que hemos asociado valores fundamentales como la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad, el compromiso y el interés recíproco a lo largo del tiempo. Laguneros ambos por adopción y por profunda convicción-, nos unen nuestras diferencias y nos separan nuestras semejanzas.
Hace dos semanas me invitó a desayunar y me comentó que le diagnosticaron Parkinson -Enfermedad crónica y degenerativa del sistema nervioso que se caracteriza por falta de coordinación, rigidez muscular y temblores-. Cuando me lo comentó ya habíamos terminado de desayunar y charlar.
Mi amigo es pródigo en ademanes en su charlay yo no noté ningún síntoma de esa enfermedad.
Me explicó como iniciaron los primeros efectos, muy leves, pero notorios y su posterior evolución y los estudios que determinaron el padecimiento de Parkinson.Conociendo el carácter de mi amigo, pensé con seguridad, que estaría afrontando la situación con valentía, optimismo, fe y confianza.
Me dijo que toma solo una medicina de las muchas que le recetaron y a partir del diagnóstico practica yoga, meditación, espiritualidad y una actitud sumamente positiva -que se le ha dado siempre con mucha facilidad-.Luego me confesó que se siente pleno, realizado, bien en todos los aspectos y está muy feliz.
Me dijo que quería compartir su experiencia de vida ante esta enfermedad, con las personas mayores.
Su caso puede ayudar a otras personas que enfrentan la misma situación. Su primer testimonio lo dio el jueves pasado ante el grupo Amantes de la Vida del cual formo parte. A continuación, presento algunos de los muchos comentarios importantes que mi amigo mencionó, con una gran emoción que lo hizo por un momento, derramar lágrimas. Cada persona es un mundo, y todos reaccionamos de manera diferente. Puede ser que haya gente que no esté de acuerdo, que lo haya vivido de una forma distinta, y es perfectamente válido;no todos somos iguales. Cuando nos diagnostican una enfermedad grave y nos explican cómo evolucionará, es inevitable que nos invadan pensamientos negativos, directamente y sin querer, nos sentimos tristes. Es comprensible, lo que hay que evitar es dejarse llevar por la tristeza. No paralizarse, continuar moviéndonos y hacer actividades que nos causen beneficios, hasta que esa tristeza vaya haciéndose más pequeñita.
Percibimos la situación como injusta, nos preguntamos “¿por qué a mí?”. Nos enfadamos y por tanto rechazamos esa situación. La ansiedad y la tensión se acumulan, lo que afecta gravemente a la hora de llevar a cabo todo el proceso de tratamiento de una manera adecuada y adaptada. Si seguimos sintiéndonos así, los efectos negativos serán más pronunciados e incluso se piensa en decisiones muy extremas.
La meditación y la relajación por respiración diafragmática nos ayuda a reducir esta ira a niveles fisiológicos. El miedo nos inunda. Lo que sabemos de la enfermedad es que es degenerativa, un escalofrío nos recorre el cuerpo y estamos más que atemorizados.
A mi amigo lo ha ayudado mucho la bioneuroemoción, ha leído y releído un libro sobre ello y le ha dado muchos beneficios.
La bioneuroemoción se refiere al significado biológico de los síntomas que se manifiestan en nuestro cuerpo. La bioneuroemoción estudia la forma óptima de acceder al inconsciente para modificar aprendizajes, para desaprender, manejando apropiadamente las emociones.
La bioneuroemoción afirma que nos enfermamos de manera inconsciente y cuando tomamos conciencia de ello, sanamos inconscientemente.Toda emoción se fundamenta en una creencia de algo que nos mueve a actuar de una forma determinada, y si esa emoción nos daña, tenemos que superar esa creencia para tener una vida sana.
Con mucha frecuencia nos inundan pensamientos irracionales, absurdos, que nos provocan emociones que nos afectan negativamente. Para evitar lo anterior, debemos identificar claramente esos pensamientos y revertirlos. Nuestro estado emocional lo causa nuestra propia interpretación de los acontecimientos que enfrentamos, no los acontecimientos por sí mismos. Si logramos modificar nuestras creencias, nuestros pensamientos irracionales, entonces, lograremos un estado emocional menos doloroso o ausente de dolor.
Los “tengo que” y los “debería” nos agobian, muchas veces hacemos cosas solo por una obligación auto impuesta y, además, sin querer hacerlas y eso nos causa emociones negativas.
La bioneuroemoción usa tres técnicas para identificar la información aprendida que nos afecta, y busca otra información que nos haga posible desaprender. Aplicando estas tres técnicas, se identifica la conexión entre la emoción que experimentos y la dolencia que tenemos. Pero nuestra mente luchará para no desaprender y a nosotros nos toca reflexionar para poder desaprender. Desaprendida la creencia que nos afecta, ya no producirá la emoción, nuestra enfermedad ya no tiene causa y …desaparece.
Las creencias tienen el poder de crear y de destruir, podemos tomar cualquier experiencia de nuestra vida y crear un significado que nos incapacita o que nos puede, literalmente, salvar nuestra vida.