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La Santísima Trinidad de la Labor de España

Crónica Lerdense

Fachada principal de la Hacienda de la Santísima Trinidad y la Labor de España, al fondo la Capilla, sobresale su campanario. (CORTESÍA)

Fachada principal de la Hacienda de la Santísima Trinidad y la Labor de España, al fondo la Capilla, sobresale su campanario. (CORTESÍA)

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO, DURANGO)

En su trazo del ramal del camino real casi en línea recta entroncaba con el campamento de los indígenas tamazultecos ubicado en la entrada norte del Cañón de Fernández, hoy Sapioriz. Vía de los primeros pobladores locales llamados Zacatecos, lo utilizaron para sus traslados de los pueblos que se ubicaban en Cuencamé haciendo grandes recorridos para llegar al asentamiento de Mapimí donde se encontraban los indios de los Tobosos y Mapemes, localizados en las cercanías de la Sierra de la Bufa. En el recorrido del Camino Real Tierra Adentro en la época colonial, surgió un ramal en la evangelización que realizó el padre jesuita Juan Agustín de Espinoza, junto con el capitán Antón Martín Zapata. Ellos llegaron acompañados con familias indígenas tlaxcaltecas y Zacatecos, trasladándose desde Cuencamé para crear en el paraje ubicado en la margen izquierda del Río Nazas, el primer asentamiento colonial denominado Misión de San Juan de Casta el 6 de mayo de 1598. El mismo Sacerdote meses después toma el camino de lo que fue el ramal para llegar a constituir la misión de Santiago de Mapimí, el 25 de julio del mismo año. El ramal del Camino Real que venía del Real de Minas de Mapimí, fue uno de los principales que unieron el territorio de San Juan de Casta y de la Santísima Trinidad de la Labor de España.

En la parte lagunera de Durango existían las tierras realengas propiedad de la Corona Española que fueron mercedadas y denunciadas por el Capitán General de Nueva Vizcaya, José Vázquez Borrego, de origen vasco y minero del Real de Mapimí; fue el primer hombre que las solicitó para su explotación, conservando el mismo nombre de la Misión; pero como Hacienda. Estas se delimitaron en el año de 1731, entre los parajes de Pozo de Calvo por el sur y por el norte con la Boca de Jimulco o Aguanaval, continuando por todo el valle camino a Mapimí, lindando con dicho Presidio. En estos terrenos se fundaron la hacienda de "Sombreretillos" ubicada en la antigüedad a los Partidos de San Juan de Guadalupe y Cuencamé; "La Loma", "La Goma", quedando comprendidos dentro de estas pertenencias las haciendas "El Refugio", "San Jacinto", "Salamanca" y otros ranchos; "San Juan de Casta" con "Avilés", "San Carlos" y sus ranchos anexos y además San Fernando y Jesús Nazareno" en el Partido de Mapimí.

Para conocer el origen de la hacienda de la Santísima Trinidad y la Labor de España, ubicada en la parte sur-poniente de Casta, de la que para 1800 aparecía como propietario el español vasco, Fermín Arriaga. Para informarnos más del nacimiento de esta finca, el padre Agustín de Morfín, describió en su libro Diario y Derrotero, en su travesía iniciada el día 9 de noviembre de 1777 que realizó por el ramal del Camino Real Tierra Adentro del Real de Mapimí a la hacienda de San Juan de Casta. El venerable padre salió de Mapimí dirigiéndose al sur por el ramal dejando las lomas de la Bufa y la sierra de Acatita de Mapimí; en el transcurso de la caminata se duele del muchísimo calor y polvo hasta descubrir la Hacienda de San Juan de Casta, situada a orilla izquierda del río Nazas y propiedad en ese entonces de Velasco y Restan. La casa de la hacienda la encontró en buena situación con portales y con cuarenta vecinos.

Aquí halló dos ranchos despoblados, llamados España y la Muerte, pertenecientes a la Hacienda de la Cueva. Con esta descripción del año de 1777, que hizo el padre de Morfi, se manifiesta la tradición oral donde se concibió el Rancho España, ubicado originalmente en las orillas de la sierra con el mismo nombre y en la margen derecha del río Nazas. Este asentamiento estaba agobiado por las grandes inundaciones ocasionadas por las torrenciales lluvias que bajaban de la sierra de España. De este asentamiento todavía en las décadas del siglo XX, existían algunos vestigios de los corrales, razón por la cual sus moradores deciden cambiar el asentamiento a una parte más alta, o sea donde actualmente se ubica el Casco de la Ex - Hacienda de la Santísima Trinidad de la Labor de España.

En tal sentido, el español Vasco Fermín Arriaga sería el segundo propietario del nacimiento del latifundio colonial de la Santísima Trinidad y la Labor de España, originario del pueblo de Uztárroz, de la Provincia de Navarra, España. Sin información de la entrada a esta región de la Laguna duranguense de este legendario español; sin embargo, aproximadamente Fermín, antes de 1800 adquiere el latifundio de la Santísima Trinidad y La Labor de España, que todavía hoy se encuentra al sur de la Ciudad de Lerdo. De inmediato el español, luchador y visionario, inicia abrir los terrenos vírgenes más aproximados al Río Nazas, tanto en la margen izquierda y derecha para utilizarlos en la siembra de variedad de productos agrícolas. A los cuales una vez terminados los bautizó con el nombre de terrenos de riego de la Santísima Trinidad de la Loma, la de San José de la Goma y la de San Atenógenes y de los de agostadero; además de las pertenencias de las haciendas "El Refugio", "San Jacinto", "Salamanca" y otros ranchos, que colindaban al suroeste con la Hacienda de Santa Catalina, todo ello con una superficie que llegaba arriba de 131,070 hectáreas.

En seguida, comenzó en una primera etapa la construcción de la casa grande de la hacienda, este monumento artístico su planta arquitectónica se forma de nueve grandes cuartos de adobe y techo de vigas, tableta y tierra, cocina y comedor. Ocho arcos de cantera sosteniendo el techado del corredor. En su ancho patio a lado izquierdo, se encuentra la entrada al campanario de la azotea, para lo cual se utiliza para subir una escalinata y pasa manos de madera labrada en finísimos estilos. Ya en sus techos lo que se llama pretiles, se construyeron unas rendijas o mirillas por las cuales cuando había ataques de indios les servían para apuntar con las armas. La bella construcción de la Hacienda a simple vista se puede observar la buena calidad de su mano de obra, utilizando material de cantera de piedra, mezcla de cal, adobe crudo y cocido. Una característica de su señorial cuarto del comedor se puede apreciar el piso de mosaico traído desde España.

El dueño de este conjunto de joyas arquitectónicas dejó muestras de su religiosidad, construyendo la capilla de la Santísima Trinidad y la Purísima Concepción, al lado izquierdo de la casa de la Hacienda. La capilla estaba conformada con material de adobe y cantera, lugar particular de oración del hacendado: en la parte de su entrada principal se puede apreciar un portal y campanario con características del tipo del siglo XIX, en su interior su altar principal contempla una construcción arquitectónica con características de estilo Greco Romano, con arcos sostenidos por dos columnas de cantera delicadamente decoradas, dedicado a la Virgen de la Santísima Trinidad, sin faltar una tradicional pila de agua bendita y un bautisterio. Su sacristía, con paredes tapizadas con hermosa decoración de dibujos de colores.

Estos lugares a principios del siglo XIX sufrieron ataques indígenas en plena construcción de la casona y la capilla; por lo que fue necesario el 12 de agosto de 1805 fundar el poblado de San Luis del Cordero, a instancias del comandante de las Provincias Internas del Occidente Nemesio Salcedo para proteger el tramo de camino entre Nazas y el Gallo. No fue nada fácil el mantenimiento de estos lugares, razón por lo cual se fundaron ranchos agrícolas de granos, de mulas, estancias de ganado y de grandes pastizales, para dar satisfacción a todas estas necesidades; implementándose para ello la fundación de reales de minas: como el de Cuencamé o el de Mapimí, y muchos otros ubicados más al sur del Estado de Durango. Fue así, como por las tierras de la hacienda de la Santísima Trinidad y la Labor de España, cruzó el ramal del Camino Real Tierra Adentro, atravesando la parte sur poniente del territorio de lo que hoy es el municipio de Lerdo.

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