Cultura

Capturar el sonido en cada imagen

Alejandro Iduñate es un sonidista lagunero recientemente premiado en Texas

Satisfecho. Para Iduñate, lo más importante es superar los retos que implica el cine. (CORTESÍA)

Satisfecho. Para Iduñate, lo más importante es superar los retos que implica el cine. (CORTESÍA)

SAÚL RODRÍGUEZ

El cine es de las artes más complejas. Implica entrega, valor, sacrificio, paciencia, pero también otorga satisfacciones invaluables, inmunes al olvido.

Aunque para muchos es ignorado, el sonido cinematográfico corre a la par de la imagen. Su importancia es tal que equivale al 50 por ciento de la película. Una obra sin diálogos claros ni un sonido envolvente, proyectará resultados infames.

Por ello, ser sonidista y diseñador sonoro arroja una gran responsabilidad para el encargado de esos departamentos.La magia del sonido es la magia del séptimo arte, la voz de cada fotograma que abraza a los oídos del espectador.

PRIMEROS PASOS

En su adolescencia, Alejandro Iduñate (Torreón, 1985) tuvo su primer contacto con el sonido a través del punk. Con esa rebeldía se adentró en las artes sonoras.

Vía telefónica desde El Paso, Texas (donde reside actualmente), narra la película de su vida profesional, en la que, a manera de introducción, se presenta una escena llena de música. "Cuando era adolescente me compraron un bajo y empecé a hacer mi banda. Un amigo tenía un lote de autos y lo utilizábamos para hacer nuestros toquines"

Por ello, entró a la escuela Riversound Institute (ahora ITEA) y se graduó como ingeniero de sonido. En las lecciones aprendidas en el aula, descubrió su interés por montar el ámbito sonoro sobre una imagen móvil. Comenzó a labrar su oficio como practicante en la productora Terregal Films. Allí aprendió a usar los micrófonos para capturar el audio en un trabajo cinematográfico. Grabó las mejores técnicas en la memoria de su mente y comprendió que el sonidista posee una gran responsabilidad y muy poco tiempo para resolver dificultades.

Tras concluir su educación superior, se trasladó a Austin, Texas donde cursó un certificado en radio, televisión y cine en el Austin Community College. En la capital texana, el torreonense amplió su perspectiva cinematográfica al conocer sobre iluminación y cámaras. Pero su interés sonoro era tal que pidió asistir a su profesor de producción de audio.Tras terminar el curso, se trasladó a El Paso, Texas, allí intentó abrir una productora con un amigo, pero tuvo que regresar a Torreón por asuntos familiares.

SONIDISTA

En 2016 fue seleccionado para el Encuentro Cinematográfico Collective Crew, donde fungió como sonidista del cortometraje La cita familiar. "Me tocó hacer sonido en locación. Como fue en Pachuca, de repente empezó a llover. Me las tuve que ingeniar".

En aquella tarde lluviosa, Iduñate no contaba con el filtro adecuado para cubrir su equipo ,por lo que intentó conseguir algo similar. Corrió a una tienda, compró un peluche, lo abrió y lo amoldó para colocarlo en el micrófono. "El sonidista siempre es un lobo solitario, es el que menos tiempo tiene para resolver las cosas y las tiene que hacer ya. Muchas veces pasa que a lo mejor al sonido no se le toma mucho en cuenta hasta que ya están en la postproducción y notan que algo se grabó mal y dices: 'debí de tener más chanza de haber resuelto mis problemas sin estar tan carrereado'. Bajo la presión del director, las cámaras y todo el crew, en general, a veces es imposible y tienes que hacer lo mejor que puedas".

Iduñate recuerda otra anécdota en El Paso, en el rodaje del cortometraje Meat de Luis Galindo. Allí, tuvo que grabar en un baño con reverberación exagerada que podría afectar los diálogos. Para aminorar, colocó toallas en el techo, clavadas con tachuelas, a modo de que absorbieran la los reflejos del sonido. Dice que la valoración de lo sonoro depende de la experiencia de cada director.

DISEÑADOR

Otra de las tareas que Iduñate realiza es la de diseñador sonoro. En ese rubro se encarga de editar los diálogos capturados, limpiarlos, agregar efectos de sonidos a los fotogramas, indagar en bibliotecas sonoras o, dado el caso, fabricar foleys que emulen los sonidos deseados. Precisamente, ésta fue la tarea que realizó en 2016 para Ceci n'est pas une Animation, cortometraje animado de Federico Kempke, el cual llegó a ser seleccionado en infinidad de festivales internacionales.

En junio pasado, participó, junto a un grupo de amigos, en El Paso 2 Day Movie Challenge, rally cinematográfico donde fue premiado por Best Sound Design, debido al cortometraje Open case de Daniel Fuentes.

En proyectos a futuro, espera el estreno de un corto en stop motion de José Luis Saturno, donde grabó la voz de Gabriel Chávez.

"La satisfacción que me deja el diseño sonoro es el momento en el que dices: 'quiero que se escuche real lo que estoy haciendo'. El momento en que estás teniendo esa creatividad para solucionarlo", finalizó.

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Escrito en: Sonidista Alejandro Iduñate

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