Columnas la Laguna

ANÉCDOTAS

¡Sí PASA!, SOÑADOR… II

HIGINIO ESPARZA RAMÍREZ

Frecuentemente sueño con fantasías y hechos parecidos a la realidad hasta que el trajinar de la cocina y los gritos de los recogedores de basura me despiertan. Durante tres noches me soñé en La Rambla de Barcelona, en las calles bohemias de París y en las alborotadas aguas del Nazas a brincando la presa de San Fernando a la altura de la ciclo pista de Lerdo; jalaba la pesada cobija dispuesto a recuperar mis aventuras oníricas pero ya no llegaron y me sentí frustrado, pues los sueños, hasta ahora, son mi principal entretenimiento y tema de algunos cuentecillos. Me desespera no dormir las diez horas acostumbradas para contar con más material literario.

Me reconfortó una cita con Gaby concertada para esa misma mañana a fin de que me dijera que el cuento que le entregué a revisión la semana pasada, era digno de entrar a un concurso nacional convocado por la secretaría de la Marina-Armada de México con motivo del aniversario de la Heroica Defensa del Puerto de Veracruz.

-¡Si pasa¡ me dijo más tarde con alegría verdadera en sus oficinas del corporativo Cimaco, sólo haz este cambio, este otro, modifica la entrada, quita palabras, agrega conceptos y no mates al protagonista ni lo pongas en silla de ruedas, no sean caborón, dijo muy molesta. Tampoco lo ofendas diciendo que es un octogenario achacoso. Me indignan tales expresiones, subrayó con ojos chispeantes.

Me alegré porque ella si sabe de cuestiones literarias, le di un fuerte abrazo de reconocimiento y regresé volando a la computadora para hacer las modificaciones sugeridas en forma tan amable y enviar cuanto antes el escrito a la SEMAR (Esto ya no fue un sueño, sino una feliz realidad…).

Gaby cambió la entrada del relato para volverla más impactante y atrapar al lector y, en efecto, lo consiguió con un diálogo breve, de entrada, entre el abuelo y el nieto, inquieto este último porque todavía no conocía el mar; sólo lo había visto en un almanaque. Fue tanta su insistencia que finalmente convenció al viejo a realizar el viaje a mares desconocidos. -El niño aprendió y disfrutó de cuestiones marítimas, periplos, aventuras y nuevos horizontes marítimos muy diferentes a su casa de adobes en la comunidad rural de su residencia:

"Emiliano no quitaba la vista de aquella representación que lo tenía atrapado: una marina pintada al óleo en un cuadro que adornaba el pasillo de la casa familiar. Observaba detalles con detenimiento como si fuera un experto en esas tareas: Un mar dinámico pega con sus agitadas olas la costa de fina arena… va y viene como si quisiera dar el salto a tierra para extender su dominio en este mundo.-¡Abuelo, llévame a conocer el mar!…"

El cuento de mares, navíos, carabelas y gaviotas, -la mitad es tuya Gabriela Nava- también comenzó a soñar con figurar en los libros dedicados a los niños y los jubilados de la Marina, a los viejos aficionados a la literatura, pero hasta ahora ninguna empresa editorial se ha interesado por el tema, no lo conocen o no tiene prosodia ni sintaxis, pero ahí sigue, archivado y en la pared un diploma. "Mares de ensueño" es su título.

La secretaría de Marina Armada de México se apropió de los derechos del relato pero no lo hizo público con el pretexto de editar un libro infantil, situación que no se ha dado aún; por el contrario, hay silencio en la dependencia federal. Aclaro: sí mandó discos y folletos publicitarios de la institución pero no el libro con los cuentos de todos los concursantes que se comprometió a editar. Por lo tanto, mejor sigo jugando dominó con Morfeo…

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