La reforma en Francia quiere favorecer las alternativas al uso indicriminado de los automóviles. (ARCHIVO)
En un ánimo de endurecer su política ambiental, el gobierno francés declaró esta semana que prohibirá la venta de vehículos de combustión interna para 2040.
Esta decisión es consecuencia de un previo intento de parte del gobierno francés en aras de reducir la cantidad de gases contaminantes. En ese entonces (2017), el exministro de medio ambiente, Nicolas Hulot, señaló que se pretendía terminar con la venta de vehículos a gasolina y diésel para 2040 con el objetivo de convertirse en un país con neutralidad de emisiones de carbono para 2050.
Hulot renunció en septiembre de 2018 en protesta a la falta de compromiso de Macron con las causas ambientales y, desde entonces, el gobierno rara vez mencionó la prohibición prevista, en parte debido al movimiento de protesta denominado "chalecos amarillos" que se opone a los impuestos al combustible y otros bienes en dicho país.
No obstante, esta semana Elizabeth Borne, actual ministra de Medio Ambiente en Francia, señaló que el plan se retomará y, a partir del año entrante, se iniciará una serie de acciones para dar paso a esa transición.
Actualmente, el proyecto de ley se está debatiendo en el parlamento y se espera que se apruebe en un periodo de dos meses para actualizar una ley de 1982 sobre esta materia.
De acuerdo con declaraciones de Borne, la reforma quiere favorecer alternativas al uso indiscriminado de automóviles, mejorar las redes ferroviarias y crear un marco legal para las nuevas soluciones de movilidad, tales como las bicicletas, los scooters eléctricos y el uso compartido de vehículos.