Historias de la creación del mundo.
En el principio había solamente parras e higueras.
Eso hacía que Eva dijera:
-No tengo nada qué ponerme.
Entonces el buen Dios hizo otras plantas, y Eva tuvo un vestuario variadísimo.
Su hoja preferida era la del perejil, tan pequeña que le permitía lucir sus encantos en todo su magnífico esplendor.
La mujer iba y venía por el jardín del Edén, y los ángeles se asomaban a contemplar su belleza.
Un día Adán le recordó a Eva:
-Mañana tenemos nuestra cita con el Señor.
Preguntó Eva, indiferente:
-¿Y?
Le dijo el hombre:
-Tendrás que ponerte una hoja más grande.
¡Hasta mañana!...