Dichos de Sor Juana
La totalidad de nuestro entorno, es decir, lo que queda al alcance de los sentidos, tanto como lo inmaterial que abstrae el pensamiento, lo que acoge la imaginación y lo que afecta al espíritu son o pueden ser objeto de conocimiento. Constantemente tenemos necesidad de decidirnos por algo de ese universo y es en el momento de escoger entre las infinitas posibilidades cuando conviene la máxima de Sor Juana: "el saber consiste sólo / en elegir lo más sano".
La madurez del saber, en tanto sea mayor, dispondrá de un instrumental de superior surtido para preferir "lo más sano" de entre el infinito universo. La selección de lo que se considere benéfico dependerá de la posición que se tenga ante la sociedad y ante sí mismo. Dependerá del equilibrio que se pretenda entre lo personalmente sano y lo socialmente sano pero, de cualquier manera, con la conciencia de lo que se hace o la inconsciencia, en el momento de decidir estará de por medio el saber. El saber ilumina todos los caminos.
Visto así, y de acuerdo con la máxima de Sor Juana que se viene comentando, la sabiduría permitirá elegir lo más benéfico entre lo que me conviene y lo que no, lo que perjudica a mis congéneres inmediatos y lo que no, lo que genera la guerra y lo que propicia la paz.
La cuarteta en la que aparecen los versos del principio, completa, es un contexto inmediato y dice así: "No es saber, saber hacer / discursos sutiles, vanos / que el saber consiste sólo / en elegir lo más sano". De manera que si alguien se ostenta como sabio y creemos que vivir no requiere mucho conocimiento se le puede decir: Sor Juana dice: "el saber consiste sólo / en elegir lo más sano".
