China, con científicos adelantados, se ha inventado un método para seleccionar personal para diversas profesiones, examinando a los aspirantes hablando solamente lo mínimo con ellos pero investigando a todos los jóvenes de acuerdo a su teléfono celular, considerando que todo lo que se pretenda saber sobre alguien, ineludiblemente lo descifrará desnudando su móvil.
¿Eso mismo debiera hacerse con los técnicos del futbol para detectar su sistema de juego?.
En el caso de Tigres valdría la pena hacerlo, porque Tuca Ferreti posee una cuadra maravillosa de caballos pura sangre, que en los partidos clave, asemejan a los hombres de Holanda en los tiempos de Cruyff jugador, “todo terreno” cumpliendo con el guión de la solidaridad pero dejando de lado el compromiso con el espectáculo porque importa cada vez más el resultado que el juego.
Claro, las reglas lo son para todos y es legítimo el título, porque el futbol escapa de las previsiones como anguila, aunque existan ilusos que todavía creemos en el juego vibrante, abierto, emotivo, un duelo y un accionar que tiende puentes con la sociedad, la cultura y la comunicación, hoy en profunda crisis de identidad, pues solamente entiende de resultados.
Se dice que renovar los sueños, es renovar el sentido de la vida, eso fue lo que Ambriz hizo con el moderno León pero luego de una campaña vibrante, fue perdiendo fuerza y no por la falta del joven Macías, sino porque Mena ya no fue el mismo y sus compañeros, como un misterio andante, fueron quedando con el alma en los huesos. Ignacio ya no aspiraba a ser el vendedor de milagros.
¿O será que los viejos fans todos, somos víctimas de Ciclotimia?. Se dice que es un trastorno del estado de ánimo, que provoca altibajos emocionales, con pérdida de la ilusión y estrés, sobre todo para los seguidores del futbol, deberíamos agregar, que se parecen a los enamorados que inspiraron las canciones de Roberto Cantoral, que siempre tienen un escape para los imposibles.
No hay tal, tampoco debemos dejar la culpa a la dictadura tecnológica, por igual no es una cruzada por la fuerza de la dignidad, con el fondo musical de alguna canción nostálgica de Julio Jaramillo. No se trata de redescubrir a Marlon Brando, sino de atenernos a los estilos que van por la meta, sin importar las formas, las maneras. Las copas van a las vitrinas, la estrategia se olvida.
Ricardo Ferreti es un viejo lobo que dejó de ser aprendiz de mago y tiene hoy un variado repertorio de trucos, que no hace caso de esa voz que indica que el deporte debe ser como vehículo de formación, como igual Nahuel no es un ejemplo de ética deportiva, por más que haya sido figura. Los jugadores actuales son anuncios andantes, que en ratos libres juegan al futbol.
Total, que tenemos ciclotimia, vivimos en piloto automático y tenemos cerebro hackeado.
