Milicianos talibanes atacaron controles de seguridad en la provincia norteña de Sari Pul, matando a cuatro elementos de seguridad. (AGENCIAS)
Diez soldados afganos murieron tras explotar una bomba caminera en el oeste del país, un ataque reivindicado por talibanes.
También cuatro policías murieron en ataques insurgentes contra controles de seguridad en el norte de Afganistán, según dijeron ayer autoridades locales.
Los soldados volvían a su base el domingo por la tarde tras recoger sus salarios en la provincia occidental de Farah.
Viajaban en un Humvee cuando ocurrió la explosión en el distrito de Bala Buluk, indicó Shah Mahmmod Nahimi, un concejal provincial.
"La explosión fue tan intensa que nadie en el Humvee sobrevivió", añadió.
Por otro lado, milicianos talibanes atacaron durante la noche varios controles de seguridad en la provincia norteña de Sari Pul, matando a cuatro miembros de las fuerzas de seguridad e hiriendo a 22, dijo Zabiullah Amani, portavoz del gobernador provincial.
Los ataques ocurrieron a las afueras de la capital de la provincia, Sari Pul, y desencadenaron tiroteos que duraron horas, señaló. Quince combatientes talibanes murieron en los enfrentamientos.
El Talibán reclamó la autoría del ataque en Farah en un comunicado en su sitio web, pero no hizo anuncios sobre los choques en Sari Pul.
Por otro lado, 10 personas resultaron heridas el lunes por la mañana por una bomba lapa colocada en un minibús que llevaba trabajadores del gobierno en Kabul, según el portavoz policial Ferdus Faramarz.
Ningún grupo reivindicó ese ataque. Tanto el Talibán como milicianos del grupo extremista Estado Islámico suelen atacar en Kabul.
