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Primero los niños

Contraluz

MARÍA DELCARMEN MAQUEO GARZA

Respetable señor presidente, Andrés Manuel López Obrador, comienzo con una confesión: pertenezco a lo que usted ha dado en llamar "el hampa del periodismo". Durante más de cuarenta años, he publicado semanalmente en diversos rotativos de la región, siempre a título gratuito. Puede decirse que entre mi primera colaboración allá por 1975 y la presente, me he formado en el oficio de escribir. Me costó tiempo, así como el desembolso de recursos propios, para tomar talleres y diplomados, dentro y fuera de la ciudad. Lo he hecho convencida, contenta, asumiendo esta labor como un reto personal, un servicio a México.

En razón de lo arriba mencionado, es triste sentir que ahora se me incluya dentro de ese grupo que daña a México por el hecho de señalar lo que - a nuestro juicio - no va bien en el país. A lo largo de muchas administraciones federales, ha habido fallas en distintos rubros, eso lo sabemos todos. Sin embargo, en la actual, están aplicándose recortes en el rubro de la salud, que me parecen lamentables, enseguida explico en qué baso mi opinión: Aparte de mis afanes con la palabra escrita, soy médico pediatra jubilada del Sector Salud. A lo largo de treinta años, recorrí pasillos, salas y quirófanos del IMSS, primero como estudiante, luego como becaria, y finalmente, como médico de base. Durante mi práctica institucional, en incontables ocasiones sentí el roce del ángel de la muerte. Para mi fortuna, no fueron pocos los casos, en mi larga trayectoria institucional, cuando conseguí arrancar de los brazos de Azrael la vida de un recién nacido, o de algún pequeño que ingresaba a Urgencias tras un accidente, o se hallaba hospitalizado por determinada enfermedad. Esos logros, aún ahora que los evoco, no dejan de generar una íntima satisfacción; recuerdo rostros, nombres, diagnósticos, ¡vaya!, hasta el número de cuna que ocuparon algunos pequeños. Ello reitera que todos los esfuerzos que en su momento se hicieron a favor del paciente, valieron la pena. Cada una de esas victorias fue resultado del trabajo conjunto de todo el personal, así como del abasto de equipo e insumos para trabajar.

La atención de los enfermos, la aplicación de medidas preventivas y la modificación de factores de riesgo, son pilares básicos sobre los cuales descansa la salud. La Medicina tiene un costo, en muchos casos elevado, como pudiera ser el caso de enfermedades cancerosas o de trasplantes de órganos. Para los óptimos resultados que merecen nuestros niños, hay que invertir. No se vale escatimar. Se necesita dinero, y para conseguirlo, habrá que afinar con precisión quirúrgica el modo de obtenerlo y de transparentarlo.

A través de la comunidad pediátrica del país, llega a mí un comunicado escrito por el Dr. Pablo Lezama del Valle, jefe de Cirugía Oncológica en el Hospital Infantil de México Federico Gómez. Nos comparte su desazón al ver cómo se van limitando los recursos para el hospital, y por ende, las posibilidades de éxito en pacientitos con tumores cancerosos. Él mismo reconoce que no es posible mantener los excelentes resultados, que han puesto al hospital entre los mejores del mundo, si no se le dota de los recursos necesarios para lograrlo.

Desde sus inicios en 1943, el Hospital Infantil de México Federico Gómez, ha sido baluarte de la atención pediátrica. Es parte de los institutos nacionales de salud. Por sus salas han pasado personajes como su fundador, Federico Gómez, Lázaro Benavides y Jesús Kumate, entre muchos otros. Cada uno ha aportado grandes cosas a la Pediatría mundial. En dicho hospital, en 1958, se probó el programa de hidratación oral, iniciado un año antes en Chile, y que tantas vidas ha salvado. De este mismo modo, es como día a día el Hospital Infantil atiende a niños que no cuentan con el beneficio de la seguridad social, y que de otra manera estarían en riesgo de morir.

Entiendo y aplaudo sus iniciativas en el combate a la corrupción. Esta ha sido para el sistema, desde tiempo atrás, lo que en el plano médico es el cáncer, un mal que todo infiltra. Como causante confío en que mi aportación fiscal, se aproveche de la mejor manera para México, mediante una planeación científica que establezca prioridades presupuestales. Y como pediatra, señor presidente, la salud y la integridad de nuestros niños es una prioridad insoslayable. Por tal motivo, hoy manifiesto de manera abierta mi apoyo a las demandas de los colegas del Hospital Infantil, no es válido sacrificar el beneficio de procedimientos, que para esos niños representan oportunidades de vida.

Primero los niños, señor presidente. Todos ellos, los que pueden pagar una atención privada, los subsidiarios del sistema de seguridad social y los desprotegidos. Primero ellos, sus necesidades de salud, y ya después, todo lo demás.

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Escrito en: contraluz

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