ARTÍCULOS PUBLICADOS EN LA REVISTA CULTURAL EL PUENTEARTÍCULOS PUBLICADOS EN LA REVISTA CULTURAL EL PUENTE
En esta edición aparece el artículo de D. Manuel Yarto Viesca y Pilar Madero de González titulado: Dama de roca y miel, Doña Luisa Ibarra de Zuloaga:
"El 5 de septiembre de 1990 se celebró la mesa de informantes Fundadores de San Pedro de las Colonias, Coahuila, con la participación de Manuel Yarto Viesca, Margarita Rosa Gámez Charles de Berúmen, Rosita Gámez Reyes Retana y Roberto Soto Corral. La moderadora fue Pilar Madero de González.
"Manuel Yarto Viesca. Venimos aquí como descendientes de Doña Luisa Ibarra de Zuloaga, para aportar alguna información sobre el origen de la Comarca Lagunera. Los datos que puedo dar no son solamente los que conocemos por tradición familiar, sino también los que cuentan en sus historias Eduardo Guerra, Luis León de la Barra. Tengo aquí algunos apuntes".
Afirma el historiador Guerra, textualmente, "que el creador y el planificador de la riqueza agrícola de la Laguna fue Don Leonardo Zuloaga; ante todo de la parte coahuilense de la Comarca, pues él implantó nuestro sistema de riego, era inmigrante, de origen Vasco, llegado a tierras mexicanas en 1811, cuando se estableció en Saltillo. Posteriormente, al adquirir de los sucesores de Don José María Herrera, la hacienda de Santa Anna de los Hornos, se estableció en ella y desde allí giraba las órdenes para la obras que transformarían las tierras vírgenes de La Laguna".
"Zuloaga se casó en 1830 con la señorita Luisa Ibarra y Goríbar, quien aportó al matrimonio su haber hereditario sobre la hacienda de San Lorenzo de Parras, heredada de su abuelo, el último Márquez de Aguayo".
"En 1848 Don Leonardo, en sociedad con Don Juan Ignacio Jiménez adquirió la propiedad de San Lorenzo de La Laguna, al dividirla, en el territorio coahuilense, y en Jiménez la correspondiente a Durango. La Hacienda de Hornos, bajo la dirección de Zuloaga, salieron los agricultores más importantes del último cuarto de siglo pasado y principios del actual, como el General Jesús González Herrera, los después coroneles de San Pedro y de Torreón, Carlos González, Carlos Herrera, Toribio Regalado y Doroteo Rosales, entre otros".
"Como viuda y heredera universal de Don Leonardo, Doña Luisa Ibarra manejó durante veintiún años sus extensas propiedades, que finalmente fraccionó en Parras en 1812. A los diecisiete años contrajo matrimonio con Don Leonardo, de quien fue compañera durante los 35 siguientes años, sin tener descendiente..."
"...Nuevamente en la administración de sus bienes, la viuda nombró distintos apoderados, sus administradores, y procuradores. Uno de los primeros negocios de los que tuvo que deshacerse fue la vieja Hacienda de Santa Anna de Hornos. Doña Luisa se instaló en su familiar Hacienda de San Lorenzo de Parras, cuyo nombre se hizo después conocido por las bodegas vinícolas de los señores Madero, y allí firmó las escrituras y los traslados de dominio de los grandes negocios agrícolas en que fue fraccionando la parte coahuilense de la Hacienda de San Lorenzo de la Laguna".
"Don Mateo de Lapatza, uno de sus apoderados, recibió en pago la Hacienda de la Concepción. El Banquero de Saltillo, Don Santiago Purcellxico Trapp, Sommer y Compañía, sucesores de los acreedores, Don Agustín Gutheil y Compañía, la hacienda de San Antonio del Coyote, con numerosos anexos que incluían el Torreón. Parte de estos datos le fueron proporcionados al historiador Eduardo Guerra, en Parras de la Fuente, por Don Alberto Yarto Goríbar, primo hermano de Doña María Luisa. Don Alberto era hijo de Lorenzo Yarto Gallarta y Brígida Goríbar; nació en parras, el 15 de mayo de 1847, y en 1932, cuando Guerra escribió su historia, era uno de los pocos testigos supervivientes de la época de mayor actividad de Leonardo y Luisa. Entre otras cosas, cuenta Guerra como la acompañó al Panteón Municipal de Parras. Antiguo camposanto de San Antonio de Parras, allí en la esquina sureste le mostró un sepulcro que tiene un túmulo de un metro de altura y donde, en mármol negro, están escritos los nombres de Don Leonardo, De doña Luisa, Lugar de verdadero reposo que guarda las cenizas de esta pareja extraordinaria...".
