Los socios de la Unión Europea enfrentan una reforma de su moneda única, misma que deberá completar la arquitectura fiscal y financiera ante la desaceleración económica que evite que una nueva recesión se lleve a la moneda única por delante e implique nuevos sacrificios a sus ciudadanos.
Los líderes europeos acordaron durante una cumbre celebrada esta semana reforzar la Unión Bancaria, la arquitectura financiera que debe servir para absorber futuros golpes.
En la cumbre, los miembros de la zona económica acordaron reforzar pilares de la supervisión y resolución bancaria mediante la reforma del Mecanismo Europeo.
Del organismo, que se proyecta como un Fondo Monetario Internacional comunitario, dependerá la seguridad para el fondo de resolución de los bancos de la Unión Europea que se encuentren en crisis.
Por otra parte, partes diplomáticas de los países del bloque señalaron que los problemas son de tipo político.
Ante ello, expusieron que las medidas aprobadas esta semana por los líderes comunitarios son insuficientes para proteger a la moneda.
No obstante, analistas financieros de la Eurozona detallaron que para superar el ciclo se deberá dejar de comparar la arquitectura fiscal de Europa con la de Estados Unidos.
Asimismo, las elecciones europeas y el "bexit" suponen complicaciones para la economía europea que no se ha logrado definir en su reforma, puesto que la moneda ha variado en el mercado debido a las dudas que se siembran ante las políticas comerciales de Estados Unidos frente a sus socios, principalmente.
