'Mi corazón lo partieron en dos'

Esther se siente cansada, enferma, invadida por la incertidumbre de no saber qué pasó, tras años de búsqueda, pero no se rinde y asegura que no lo hará, no descansará hasta que regrese su hijo.

Las autoridades le dijeron que probablemente el crimen organizado fue responsable de la desaparición de Jesús Antonio, pero no le dieron motivos, no hay una explicación, no hay avances en la investigación, la mujer sólo tiene su voz que exige respuestas.

"Es un vacío enorme, mi corazón lo partieron en dos", dice María Esther Contreras con la mirada fija en el piso, pero se incorpora de inmediato y añade: "tienes que echarle ganas para seguir buscando y estar de pie aunque te sientas mal, estar derechita, seguir, porque las autoridades buscan cansarte, que mueras para que ya no los sigas molestando, pero nosotros vamos a seguir buscándolos".

Jesús Antonio Mena Contreras fue desaparecido el 29 de junio de 2010 en Torreón. Lo último que supo fue que estaba en su casa y salió a buscar un aparato a las 9:30 de la noche, pero ya no regresó. Al día siguiente le llamaron y no respondía en su teléfono. Pasadas las 6 de la tarde, una persona marcó de su número a la familia y les pidió dinero, pero volvería a marcar y ya no lo hizo, al día siguiente dejó de operar el número.

Jesús se dedicaba a la música como DJ en ese momento, a los 34 años. La madre recuerda que un mes antes había sido detenido por soldados que argumentaban que su vehículo era robado, pero les demostró que no y fue golpeado.

Esther era asistente de dirección en una empresa donde cumpliría 30 de trabajo, pero a raíz de la tragedia, fue despedida sin liquidación. Su vida se fue cuesta abajo, su hija tuvo que dejar la escuela a los 17 años para trabajar, además de que se vieron obligadas a vender muebles y artículos de su casa para subsistir.

"Caímos en el hoyo, al grado de quedarnos sin nada, a veces sin comer", dice, "cambió mucho mi vida, mi forma de ser, ya no me siento a gusto si mi hija sale, la tengo protegida".

Su salud también se ha visto muy deteriorada a causa del estrés, enfermedades que ya padecía se han agudizado y ha presentado otras nuevas: "si tenía diabetes con 110, ahora tengo ya 200 o 300 de azúcar". En la piel, tiene psoriasis, una enfermedad inflamatoria que ocasionalmente también afecta a las articulaciones, y que provoca enrojecimiento, descamación, dolor e hinchazón.

Al integrarse a Fuundec, la mujer se sintió protegida y menos sola.