Aprendizaje. Existen varios instrumentos que pueden conocer.
A casi un mes de su participación junto al tenor Plácido Domingo, los niños y jóvenes del Coro y Orquesta Esperanza Azteca regresaron a sus actividades luego de tener dos semanas de vacaciones. Es decir, la música regresó al interior del Colegio México en el centro de Torreón.
Con su quinto aniversario en puerta, la OSEA ha sido un semillero de talento para niños de La Laguna, quienes cada vez más son atraídos por las actividades artísticas y culturales que ofrece esta organización de mano de su directora, Ana Cecilia Payán.
TARDES EN FAMILIA
Entre los pequeños que ahora integran sus filas se encuentran algunos que ensayan para ser parte del coro, otros que aprenden el violín y unos más avanzados que ya han sido parte de actuaciones solistas.
Desde el año pasado, Fernando, quien ahora toca la trompeta, compartió el gusto que tiene por sus tardes en la Orquesta Esperanza Azteca. "Veía a las bandas cómo tocaban y eso me empezó a gustar hasta que se me dio la oportunidad de entrar. Primero lo hice al coro y luego mis hermanas me ayudaron a aprenderme más notas del instrumento".
Fernando es un niño que ha cambiado sus tardes normales por unas en donde llega con su segunda familia para aprender a tocar un instrumento musical y aunque no tiene planes de ser un músico profesional sí desea aprender lo que pueda de la trompeta, actividad que reconoce lo ha hecho un estudiante más responsable.
También a los salones de la Orquesta Esperanza Azteca llegan niños que desean mejorar lo que aprendieron en sus salones de clases, como el caso de Bruno Alejandro, un pequeño de 10 años que carga con fuerza un oboe bajo el brazo y quien hace apenas un mes llegó al grupo dirigido por Ana Cecilia Payán.
"Me gusta mucho el sonido del oboe desde que lo escuché. Vengo aquí hace más de un mes y ya sabía del trabajo de la Orquesta". Bruno, quien además es hábil con el piano, instrumento que aprendió hace dos años, decidió que saberlo no era suficiente, por lo que ahora también va por el oboe.
"Me gusta mucho estar aquí porque ya eres parte de una orquesta, aprendes a manejar tu oído, te enseñan las notas, a saber qué hacer si te equivocas y luego seguir adelante. Está chido porque conoces a personas nuevas y tocas con ellas".
A diferencia de su aprendizaje con el piano, dentro de la Orquesta su mayor valor es tocar con sus amigos para así seguir con sus sueños, el cual a los 10 años ya lo tiene bien seguro: ser músico profesional.
"Quiero seguir con el oboe y piano aquí hasta que me tenga que ir a estudiar la Universidad. Mi plan es irme a la Camerata y luego a Europa para seguir estudiando música". La energía de Bruno es tan sólo una muestra del talento que figura en sus filas.
Ahora con su trombón, Kiara es parte de los primeros niños que integraron la primera generación de la Orquesta y desde hace cinco años es parte de sus tardes. Kiara, al igual que los jóvenes y pequeños que llegan a la oficina de Ana Cecilia Payán, debutan en Coro para luego conocer hacia cuál instrumento ir. Fue así que después de un breve paso por la tuba, acogió el trombón. Desde su visión, Kiara aprecia el trabajo que se realiza tanto en el Coro como en la Orquesta, trabajo que además la ha llevado a viajar por algunas partes de México.
"Ahorita tenemos en puerta lo de Parras que será de Juan Gabriel y hemos ido a Saltillo, Monclova, Piedras Negras y otro más que no sé si pueda decir". Entre sus planes se encuentra el seguir estudiando el instrumento aunque luego ya no pueda asistir debido a sus clases, sin embargo, trabajará para no disminuir su nivel musical.
Algunos padres aguardaban a sus hijos sentados cerca de la entrada, el Colegio México retumba entre el ensayo del coro y las notas que emergen de los demás instrumentos de cuerdas y metales. Por ello, no hay salón en la escuela que se quede en silencio.
Además, serán ellos quienes estén en el concierto de aniversario, la siguiente fecha que tiene lista su maestra, Ana Cecilia Payán.
