Lo chamaquearon
Según el diccionario de la rae, “chamaquear” significa tratar a una persona adulta como si fuera un niño; otra acepción es: “Engañar a una persona por vía legal o verbal, abusando de la buena fe y la ingenuidad dentro de asuntos de negocios, políticos o administrativos”. Esto último es lo que a mi parecer ha sucedido recientemente con el más astuto de los políticos; el que tuvo, además de perseverancia, la ingeniosa idea de formar un movimiento social, que bautizó como Movimiento de Regeneración Nacional, registrado ante el INE para efectos de elección presidencial con el nombre de “Morena”. Me refiero al señor presidente de nuestro país, el Lic. Manuel Andrés López Obrador, quien prodiga amor y paz a toda la nación y no es capaz de levantar un dedo para hacer justicia en contra de quienes saquearon el país en los últimos treinta años.
AMLO solamente se queja que las administraciones anteriores le han heredado un elefante enfermo al que hay que empujar para que pueda caminar, refiriéndose con esta metáfora a nuestro país; pero no ha tenido el valor de promover juicios políticos contra los ex presidentes y desterrarlos de México, tal como ocurrió con Porfirio Díaz.
Su benevolencia hiperbólica y concepto de justicia cristiana han provocado tibieza e inconsistencia en sus decisiones y acciones en el combate contra el huachicoleo, problema que según él ya está resuelto, lo cual es una mentira. Lo mismo con la corrupción y la impunidad; y de aplicación de la justicia ni hablar.
Retomando el tema, debo decir que me ha parecido un error el hecho de ceder a los caprichos de los ex presidentes Calderón y Fox, en el sentido de asignar personal militar para su protección. ¿Qué acaso no tienen, éstos, los recursos suficientes para contratar “guaruras” que cuiden sus intereses, protejan su propia vida y brinden seguridad a su familia? Yo creo que sí, porque la población mexicana está enterada de muchos negocios realizados por ellos al amparo del poder (tráfico de influencias).
Primero fue Calderón quien con una misiva solicitó protección so pretexto de tener enemigos debido a sus acciones como presidente; luego Fox, chucha cuerera en estas lides, armó una truculenta historia y fue más allá en su petición, culpando a AMLO de lo que le pudiere pasar; y éste, como niño que ha sido amenazado, ni tardo ni perezoso dio a Fox lo que le pedía.
Es un hecho innegable que durante 50 décadas el gobierno fue fábrica de millonarios, es inconcebible pensar que Fox y Calderón no sean millonarios. Y es una vergüenza que habiendo robado al país todavía quieran seguir sacando provecho del erario público.
Pero, “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”. Calderón y Fox le vieron la cara a AMLO y éste faltó a su palabra. ¿Acaso le faltó carácter? ¿Le faltó, quizás, valor para decirles: paguen de sus peculios su propia protección? ¿Por qué a ellos un trato especial? Slim y 50 empresarios más, tienen millones; y no andan pidiendo escolta pagada por el gobierno.
Que AMLO haya cedido a las peticiones de los ex presidentes es una señal de debilidad; un indicio de que cualquiera puede sacar provecho del gobierno: ya lo hizo Antorcha Campesina y la CNTE y quien sabe cuántos vivales más. México no necesita de presidente a un émulo de Jesucristo, ni a la Madre Teresa, ni al Papa Francisco; necesita a un Juárez, cuyo gobierno no tuvo empacho en fusilar al usurpador Maximiliano de Habsburgo y sus generales traidores Tomás Mejía y Miguel Miramón en el Cerro de las Campanas.
Se tiene que ser duro e implacable con quienes han dañado a México; sin no mejor sería no hablar sólo para ganar adeptos. Eso es un engaño al pueblo, al cual dijo más de una vez en campaña que nunca lo traicionaría.
AMLO necesita ser implacable contra quienes han dañado a México; pues de otra forma, su bondad infinita lo hacen ser un cordero entre lobos.
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
