En el escenario. Ariana Grande y Diddy rindieron tributo a su compañero de aventuras de hip-hop The Notorious B.I.G. (ESPECIAL)
Ariana Grande, con un concierto estelar en el que tuvo de invitados a NSYNC, Nicki Minaj y Diddy, cerró por todo lo alto el primer fin de semana de Coachella, el prestigioso festival californiano que en esta edición se ha rendido además a la pujanza y el éxito mundial de la música latina.
Con el recital de Bad Bunny, uno de las más destacados de la tercera y última jornada del evento, Coachella culminó tres días con mucho sabor hispano, ya que por sus escenarios pasaron artistas latinos como J Balvin, Rosalía, Mon Laferte, Javiera Mena o Los Tucanes de Tijuana, e incluso hubo algunas actuaciones sorpresa como las de Ozuna, Cardi B y Selena Goméz cantando Taki Taki.
Pero el último día de Coachella, que se volverá a celebrar en Indio el próximo fin de semana, era el reservado con honores para Ariana Grande, el nombre en mayúsculas del festival de este año.
Grande comenzó a capela su concierto con raindrops (an angel cried) antes de soltar su primer as de la noche, God is a woman. Con un escenario presidido por una enorme esfera en la parte superior, la cantante jugó con decorados que simulaban La última cena o con un coche en el que un grafitero pintó Arichella.
La primera gran sorpresa fue la aparición de NSYNC, sin Justin Timberlake. También cantó con Nicki Minaj y los raperos Mase y Diddy.
