Cinco cárceles del estado han recibido una calificación menor a 8, destacando la insuficiencia en prevenciones ante distintas situaciones.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó irregularidades y deficiencias en cinco cárceles de Durango, reduciendo así su valoración anual.
De acuerdo con el diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2018, recién publicado por el organismo, las revisiones realizadas entre abril y agosto del año pasado se verificaron en los Centros Distritales de Reinserción Social de El Salto, Santiago Papasquiaro y el Centro de Reinserción Social (Cereso) 1 de la capital, generando una calificación de 6.36.
Dicho resultado representa un retroceso, pues la valoración general en 2017 había sido de 6.62 y para el 2016 se situó en 6.55.
Este último fue el que tuvo el peor resultado, con una valoración de 5.66, al detectarse irregularidades como la sobrepoblación, considerando que su capacidad es para mil 794 varones y 157 mujeres, pero alberga a tres mil 317 y 285 respectivamente.
Parte de los aspectos a solventar incluyeron el hacinamiento; deficiente separación entre hombres y mujeres; falta de prevención de violaciones a derechos humanos y de atención en caso de detección; insuficiencia de personal de seguridad y custodia; ejercicio de funciones de autoridad por personas privadas de la libertad; condiciones de autogobierno/cogobierno, así como presencia de actividades ilícitas.
En la segregación de internos con requerimientos específicos, se documentó la insuficiencia en programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
