El recibimiento de los pescadores a las autoridades fue en principio hostil por las acciones e increparon al personal encargado de la vigilancia. (ARCHIVO)
Ni la SRNyMA ni la Profepa impedirán, al menos de momento, que siga la pesca en el área natural protegida del Cañón de Fernández pero buscarán realizar un estudio en la zona y dar vista a otras instancias como Conapesca. También regresaron sus redes a los pescadores.
Lo anterior como resultado de la reunión que inició con una conversación álgida. Los pescadores expusieron que nunca nadie les ha impedido pescar en esta área y dijeron que de no hacerlo estos peces llegarían a las parcelas y habría un problema mayor.
El recibimiento de los pescadores a las autoridades fue en principio hostil por las acciones e increparon al personal encargado de la vigilancia.
Son mas de 60 familias de los ejidos Graseros y Palomas los que viven de esta pesca; reclamaron a las autoridades y aunque los pescadores entablaron un diálogo algunas de sus esposas no escondieron su enojo.
Una mujer incluso advirtió al biólogo Eduardo Escobedo, quien trabaja para la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Estado de Durango como encargado oficial del Cañón de Fernández, que de insistir con esta postura de no permitirles pescar y de no regresarles sus redes le cortaría sus órganos sexuales.
Otra señora de edad avanzada dijo que le pegaría con su bastón. Escobedo no contestó pero solicitó la comprensión de los lugareños para poder entablar un diálogo que permita realizar acuerdos.
“La gente sí estaba muy molesta, les explicamos que nosotros no podemos otorgarles permiso para pescar porque está prohibido y el hecho de que lleven años haciéndolo no quiere decir que esté bien. Sí nos mostraron ellos un permiso pero es de 1962 y tenía vigencia de dos años. Es cuestión de que se hagan las cosas como debe ser por lo que vamos a dar parte de esto a Conapesca, a la Facultad de Biología de la UJED, para hacer estudios a fondo de si hay afectación al ecosistema o si por el contrario como ellos dicen se evita un problema en las parcelas, y también tenemos que dar vista al consejo consultivo del Cañón de Fernández que está conformado por 30 personas”, dijo Escobedo.
Mauro Gallegos, del poblado de Graseros, aseguró que “nuestros antepasados ya lo hacían, incluso se hizo el acuerdo verbal con las autoridades cuando se reubicó el poblado de Graseros al construir la presa. Estamos hablando de que representa el 50% de la economía local. Todo ese pescado finalmente desemboca en las labores y si no lo aprovechamos se echaría a perder”, expuso.
La reunión inició de manera álgida aunque posteriormente se fueron calmando los ánimos.
