(ARCHIVO)
Se define como mito a una historia que, por medio de la narración fantástica, busca explicar los fenómenos de la naturaleza alterando las verdaderas cualidades de una persona o una cosa, dándole más valores de los que en realidad tiene.
Asimismo, hay decenas de autos cuyo diseño, potencia e historia les han otorgado un carácter mítico que, una vez que se manejan, resultan no ser tan "fantásticos" como lo imaginábamos.
El Porsche 911 es, sin lugar a dudas, uno de los autos con mayor presencia decorativa en las habitaciones de adolescentes (y adultos solteros) de Estados Unidos, Alemania, México o cualquier otro rincón del mundo.
Todos conocemos a alguien (sino es que nosotros mismos) que coloca al 911 como el auto de sus sueños y, que desde hace más de 55 años, ha justificado su carácter de aspiracional con un diseño que trasciende el tiempo y con prestaciones que marcan la referencia de toda la industria cuando se trata de crear un auto deportivo.
A finales del año pasado, la casa de Stuttgart presentó en el Auto Show de Los Ángeles la octava generación de su modelo más icónico y que, a la vez, representa el auto deportivo más longevo y mejor vendido de la historia con más de un millón 49 mil unidades comercializadas desde su presentación en 1963.
Cualquiera que esté enamorado del Porsche 911 (como el autor de este texto) podrá notar de manera inmediata los cambios estéticos de este modelo en comparación con la versión que reemplaza. Sin embargo, al no alterar sus principios estéticos más esenciales habrá quien tenga problema en identificar que la parte trasera es más ancha, que la parrilla delantera es más redondeada y es de una sola pieza; que el cofre está en una posición más elevada y que la posición de las "hombreras" de los faros delanteros y llantas traseras es un nostálgico homenaje al diseño de la primera y segunda generación.
La más reciente entrega de este modelo se iniciará a comercializar en nuestro país a partir de la segunda semana de abril y, para conocer cómo se comporta, qué novedades porta y cómo Porsche se las ha ingeniado para mejorar algo que parecía perfecto, fuimos invitados a realizar una serie de pruebas dinámicas en el Autódromo Hermanos Rodríguez y, después, manejar al estado de Puebla en el nuevo 911.
Mecánicamente, también cuenta con modificaciones que explicar de manera detallada nos tomaría de más de ocho páginas. Sin embargo, dentro de las más significativas destaca la reconfiguración del motor para volverlo más potente, más eficiente y de mejor respuesta al acelerar.
El Porsche 992 (nomenclatura con la que se le distingue de otras generaciones) utiliza un motor turbo de seis cilindros y 3.0 litros que genera 450 caballos de fuerza (30 más que la generación previa) y está acoplado a una transmisión automática PDK de siete velocidades.
Una de las razones por las que este modelo es más potente que la generación anterior es que se ha aumentado el diámetro de ambas turbinas del sistema de turboalimentación, permitiendo que ingrese una mayor cantidad de aire al motor y, consecuentemente, el trabajo en las cámaras de combustión sea más vigoroso.
Asimismo, Porsche ha reconfigurado la manera en la que construye el 911 al cambiar el empleo de materiales que lo constituyen.
En esta nueva generación hay mayor presencia de aluminio en la carrocería y el porcentaje de acero utilizado en el cuerpo del 911 se ha reducido de 63% a solo 30% para convertirlo en un vehículo más ligero.
Esto se traduce en un auto mucho más liviano, más preciso y con una capacidad de dirección en curvas a alta velocidad tan perfecta que la premisa de "el auto irá a dónde se dirija tu mirada" es más cierto que nunca.
La posibilidad de manejar este auto en un entorno tan seguro como la pista y, después, trasladarlo a una conducción en carretera nos permitió ver su ambivalencia de un misil de corte deportivo y también su faceta de una cómoda cápsula de navegación altamente tecnológica. Uno de los lugares donde más se ha transformado el Porsche 911 es el interior. Sin embargo, esta modificación es como realizar una inmersión al pasado en lo estético y un vistazo al futuro en lo funcional.
El tablero de esta generación se compone de cinco indicadores circulares que rinden homenaje al diseño del 911 en la década de los setenta con la diferencia de que ahora todos son digitales y brindan información de velocidad, estado del vehículo, nivel de combustible, navegación y selección multimedia.
Uno de los cambios funcionales más importantes del interior del 992 es la eliminación de los botones que rodeaban a la palanca de velocidades (la cual es diminuta ahora) para reunirlos todos en funciones básicas que se pueden modificar a profundidad a través de la nueva pantalla de infoentretenimiento.
De esta manera, el aspecto de todo el interior del 911 es más limpio y sencillo de utilizar.
Al igual que la recientemente presentada Porsche Macan, el precio del 911 es solo una referencia para saber qué tanto queremos invertir a partir de cierta cifra, pues la marca alemana ofrecerá las versiones Carrera S y Carrera 4S en dos millones 59 mil 700 pesos y dos millones 177 mil pesos, respectivamente.
Sin embargo, la cantidad de elementos que se le pueden agregar a este modelo es tan amplia que, sin gran esfuerzo, se le pueden sumar hasta 500 mil pesos en elementos de personalización y desempeño deportivo.
El Porsche 911 (992) estará disponible en el mercado mexicano a partir de la segunda semana de abril y, más adelante, llegará la versión con techo descapotable.
