Columnas Finanzas

CONTEXTO LAGUNERO

¿POR QUÉ TANTOS HOMBRES Y TAN POCAS MUJERES?

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

¿Por qué hay tan pocas mujeres en puestos de alta dirección en los negocios? Las tres explicaciones más frecuentes son: a) según los conservadores, ellas no son capaces, b) quienes están entre los conservadores y los liberales opinan que a ellas no les interesan las posiciones de liderazgo en los negocios y c) los liberales y feministas opinan que aunque les interesa y tienen la capacidad requerida, ellas no se atreven a intentar romper el “techo de cristal”, la barrera invisible basada en prejuicios y estereotipos que evitan el acceso de las mujeres a las posiciones de poder.

El carisma -rasgo más asociado con los hombres que con las mujeres-, con frecuencia se malinterpreta como competencia y ello resulta en que muchas veces, los hombres carismáticos, pero incompetentes, tienen menos obstáculos que las mujeres para alcanzar la cima. Los altos directivos responsables de promover y contratar gerentes o directores deben ser más críticos juzgando “lo que parece ser” un rasgo de liderazgo contra los rasgos que realmente lo son.

De seguro encontrarían que la arrogancia y la sobre confianza -características que promueven al hombre a posiciones directivas- también son características que causan un pobre desempeño.

La realidad es que todavía en muchas partes del mundo los hombres tienden a creerse más inteligentes que las mujeres. La arrogancia y la sobre confianza son inversamente proporcionales al talento de liderazgo el cual representa la habilidad para formar y mantener equipos de trabajo de alto desempeño inspirándolos para tener una agenda de trabajo común para el interés de todo el equipo.

Incluso en los deportes y la política, los mejores líderes son humildes, y la humildad, por naturaleza o porque la cultivan, es mucho más común en las mujeres que en los hombres.

Adicionalmente, las mujeres superan al hombre en inteligencia emocional -esto se refleja en mayor disposición a comportamientos modestos-. En una revisión cuantitativa de diferencias de género aplicada a 23 mil participantes en 26 culturas, se encontró que las mujeres son mas sensibles, consideradas y humildes que los hombres. Y más aún, cuando se hacen análisis de “el lado oscuro de la personalidad” (cualidades negativas que emergen en momentos de mucha presión), datos de miles de gerentes en todos los sectores industriales de 40 países muestran que los hombres son consistentemente más arrogantes, manipuladores y más propensos al riesgo que las mujeres.

La paradoja es que las mismas características que le permiten a los hombres llegar a las posiciones de poder, son también las responsables de su caída. En esos casos, lo que les lleva a conseguir el puesto es el reverso de lo que les permitiría hacer bien su trabajo en ese puesto. Como resultado, hay muchas personas incompetentes promovidas a gerentes o directores, por encima de personas realmente competentes.

Diversos estudios concluyen que lamayoría de las naciones, empresas, sociedades y organizaciones se administran pobremente, el buen liderazgo siempre ha sido la excepción y no la regla.

La mayor parte de los rasgos de carácter que son ventajosos para un liderazgo efectivo se encuentran predominantemente en personas que no saben impresionar a otros acerca de su talento directivo, y esto se presenta especialmente con las mujeres. Hoy existe evidencia científica convincente acerca de que las mujeres son más propensas a adoptar estrategias de liderazgo mas efectivas que los hombres. Alice Eagly, profesora de psicología en Northwestern University, muestra, como resultado de estudios exhaustivos, que las mujeres gerentes son mas propensas a obtener el respeto y el orgullo de sus subordinados, a comunicar la visión de forma muy efectiva, a empoderar y desarrollar a su personal y resuelven problemas de manera más creativa y flexible -todas estas características forman lo que se conoce como liderazgo transformacional-.

En contraste, los gerentes varones, estadísticamente, no muestran los mismos resultados.

Es obvio que el camino hacia posiciones de liderazgo tiene muchas barreras y un techo de vidrio aun muy grueso para las mujeres. Pero un problema mayor lo es el hecho de que para los hombres incompetentes, los obstáculos son mucho menores y además, tendemos a equiparar el liderazgo con las características psicológicas del hombre promedio, que lo convierten en un líder inepto, comparado con las mujeres promedio. El resultado es un sistema que recompensa a los hombres por su incompetencia y le cierra el paso a la competencia propia de las mujeres, en perjuicio de todos.

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