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Ruanda, a 25 años, una herida abierta

Una de cada cinco personas vive depresión al recordar aquellos sucesos

Un enorme trauma dejó a la sociedad en Ruanda el genocidio que se vivió hace 25 años.

Un enorme trauma dejó a la sociedad en Ruanda el genocidio que se vivió hace 25 años.

EFE

El genocidio en Ruanda sigue suponiendo un enorme trauma para la sociedad de ese país africano, donde un 29 % de la población, casi uno de cada tres ruandeses, sufre estrés postraumático, recuerda hoy en un comunicado la ONG Handicap International (HI) en la víspera del 25 aniversario de la tragedia.

Dos días antes de que Ruanda homenajee a las víctimas de las matanzas, que se iniciaron el 7 de abril de 1994, la organización, especializada en atender a afectados de conflictos en ese y otros países, también señala que una de cada cinco personas sufre episodios depresivos relacionados con aquellos sucesos.

La conmemoración es un momento especialmente sensible para estas personas afectadas, ya que "pueden revivir los ataques de pánico y la pérdida de sus seres queridos", destacó en el comunicado la psicóloga Chantal Umurungi, colaboradora con HI en Ruanda.

Por otro lado, según la experta, "el apoyo mutuo en este período de sufrimiento es esencial, y el intercambio de sentimientos es muy liberador".

Umurungi subrayó que las secuelas psicológicas por el genocidio han tenido impacto en otros aspectos sociales, como el consumo de drogas o los conflictos domésticos, alimentando un negativo contexto que "empobrece a las familias y debilita el vínculo social".

HI trabaja con autoridades sanitarias y expertos para "romper el círculo vicioso de la violencia y la salud mental degradada", mediante programas comunitarios y el acto de compartir vivencias trágicas con otros, señaló la psicóloga.

La muerte del presidente Juvénal Habyarimana, al ser derribado el avión en el que viajaba el 6 de abril de 1994, agudizó las disputas étnicas entre hutus y tutsis y desencadenó casi 100 días de terror, que acabaron cuando en julio el Frente Patriótico Ruandés (RPF), del actual presidente Paul Kagame, se hizo con el control del país.

En las matanzas, que constituyen una de las peores catástrofes humanitarias de la historia, se calcula que murieron unas 800,000 personas, en su mayoría tutsis, pero también hutus moderados.

Las claves para entender el ‘llanto’

Hace 25 años Ruanda vivió un severo genocidio. Se cumplen veinticinco años del asesinato del presidente ruandés Juvénal Habyarimana (hutu), que desencadenó en 1994 el genocidio de Ruanda, el peor cometido jamás en África. Perpetrado en apenas 100 días, el genocidio ruandés causó la muerte de entre 800,000 y un millón de personas, la mayoría de etnia tutsi a manos de “elementos” hutus, de manera “planificada, sistemática y metódica”, según denunció la ONU.

ORÍGENES DEL CONFLICTO ENTRE HUTUS Y TUTSIS

La población de Ruanda, excolonia belga en África Oriental, está compuesta en un 85 % por habitantes de etnia hutu y en un 15 % por tutsis, quienes integran esta nación de unos 12 millones de habitantes. Las rivalidades étnicas datan de la época colonial, de cuando Ruanda se encontraba bajo el mando de Alemania (1894) para pasar después a ser controlada por Bélgica a partir de 1916. Fue en ese período cuando se produjeron las primeras divisiones políticas entre hutus (agricultores) y tutsis (pastores) al recibir estos últimos -aunque minoritarios- más privilegios por parte de su metrópoli. Los tutsis detentaron el poder durante décadas, pero ante sus demandas de independencia, Bélgica comenzó a favorecer a los hutus, que derrocaron a la monarquía tutsi en las revueltas de 1959. Años después, los hutus vieron reforzada su posición con la llegada al poder del hutu Juvénal Habyarimana, quien se convertiría así en el nuevo presidente, mediante un golpe de Estado en 1973, algo que nunca aceptaron los tutsis.

EL DETONANTE

La noche del 6 de abril de 1994, el avión en que viajaban los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana (hutu), y de Burundi, Cyprian Ntayamira, fue alcanzado por dos misiles en el momento en que se disponía a aterrizar en el aeropuerto ruandés de Kigali, causando la muerte de ambos líderes. Pocas horas más tarde, se desencadenó la tragedia.

Entre 800,000 y un millón de personas, en su mayoría tutsis, fueron masacradas -principalmente a machetazos- por milicias hutus extremistas, soldados y la propia población civil. Entre las víctimas mortales destacan también hutus moderados y, según cifras de las Naciones Unidas, al menos 250.000 mujeres ruandesas, sobre todo de la etnia tutsi, fueron a su vez violadas. El intervalo de esta masacre se prolongó desde el 7 de abril hasta mediados de julio de 1994, cuando se formó un Gobierno de Unidad Nacional con Pasteur Bizimungu (hutu) como presidente y Paul Kagame (tutsi) como vicepresidente.

EL TRIBUNAL INTERNACIONAL PARA RUANDA (TPIR)

El 8 de noviembre de 1994, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) encargado de investigar el genocidio con 13 votos a favor, la abstención de China y el voto en contra de Ruanda, que se oponía a que el tribunal pudiera dictar pena de muerte.

Pese a todo, el TPIR se estableció en la ciudad tanzana de Arusha y comenzó sus trabajos en 1995. El 2 de septiembre de 1998 se produjo la primera sentencia de este tipo en la historia de la humanidad, cuando el TPIR declaró a Jean Paul Akayesu culpable de instigar el asesinato de 2,000 tutsis en Taba, ciudad de la que era entonces alcalde. Desde su creación y después de 21 años en funcionamiento, a fecha de diciembre de 2015, el TPIR ha dictado 93 sentencias condenatorias individuales, que incluyen -entre otros perfiles- a militares, políticos, religiosos, milicias y miembros de la radio-televisión Mil Colinas, entre otros medios. Además, el doble magnicidio que dio pie al genocidio nunca fue esclarecido, y aunque una investigación francesa apuntó al actual presidente Paul Kagame como inductor, este siempre lo ha negado.

OTROS TRIBUNALES: EL SUPREMO Y LOS “GACACA”

En paralelo al TPIR, confluyeron dos tribunales más en Ruanda: uno promovido por el Gobierno y otro popular conocido como los juzgados “gacaca”. El Tribunal Supremo procesó a más de 55,000 detenidos y cuando se constituyó esa corte, el 17 de octubre de 1995, el entonces presidente ruandés, Pasteur Bizimungu, pidió que se distinguiera entre quienes planificaron el genocidio, propagaron el odio y ejecutaron las órdenes, pues entre los detenidos había niños acusados de asesinato. A su vez, los tribunales populares juzgaron hasta su cierre oficial en 2012 a casi dos millones de personas en medio de las críticas por su parcialidad de la comunidad internacional.

Bélgica pide perdón

El primer ministro de Bélgica, el francoliberal Charles Michel, se disculpó hoy en el Parlamento federal por el secuestro y maltrato de miles de niños mestizos en el Congo, Burundi y Ruanda durante los años 40 y 50 del siglo pasado.

Los menores, hijos de colonizadores belgas afincados en la zona y de mujeres negras, fueron secuestrados sistemáticamente y enviados a Bélgica por orden de las autoridades de este país, donde muchos de ellos acabaron en orfanatos o en familias adoptivas. Unos 20,000 niños resultaron afectados por estas prácticas, en muchos casos promovidas por organizaciones católicas, por las que la Iglesia se disculpó hace dos años.

En la declaración, Michel pidió perdón por violar los derechos humanos de los menores y auguró que esta disculpa “significa un paso adelante en la conciencia y reconocimiento de esta parte de nuestra historia”.

Muchos de los niños y niñas afectados nunca fueron reconocidos por su padre ni recibieron la nacionalidad belga, por lo que son ciudadanos apátridas. Los diputados belgas aprobaron el año pasado una resolución instando al gobierno a ayudar a los afectados a encontrar a sus familias y a adquirir la nacionalidad belga.

También la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apremió a Bélgica a pedir perdón por su actuación durante la época colonial en el Congo, una disculpa que aún no ha sucedido.

Fotografía que muestra varios cráneos de víctimas del genocidio ruandés de 1994 expuestos en la iglesia católica de Ntarama.
Fotografía que muestra varios cráneos de víctimas del genocidio ruandés de 1994 expuestos en la iglesia católica de Ntarama.

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Escrito en: Genocidio Ruanda

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