En Nueva York hay mil historias a la vuelta de la esquina. A la vuelta de cualquier esquina.
Lo supo O.Henry.
Lo sabe Woody Allen.
Ésta que sigue la escuché cuando hice mis prácticas de periodismo en la revista Look.
Un hombre de apellido Rabinowitz salió de un bar y tomó el primer taxi que por ahí pasó. Ya acomodado en el asiento trasero le dijo al conductor:
-Lléveme a la esquina de las calles tal y tal.
Cuando llegaron ahí el pasajero le pidió al taxista:
-Espéreme por favor. No tardaré.
En efecto, regresó al punto. Lo acompañaban dos gendarmes.
La dirección que el hombre le había dado al chofer era la de una oficina policial.
Los policías detuvieron al taxista.
El taxi era robado.
Se lo habían robado a Rabinowitz.
En Nueva York hay mil historias a la vuelta de la esquina. Y más si en esa esquina hay una oficina policial.
¡Hasta mañana!...