El debut del equipo que nunca se fue está más cerca ahora; Algodoneros del Unión Laguna recibió la "bendición" de la persona que dirige los destinos de esta bella ciudad, Torreón.
Ya solo un partido más y vendrá el verdadero reto.
En el hermoso escenario que significa el Estadio de la Revolución, los bates comenzaron a sonar y queda a la espera de esa noble afición beisbolera de la Comarca. Y a todo el que se quiera trepar.
Las charlas también tocan el tema, que si la exigencia del club, que si será una temporada complicada; ¿qué hay que esperar del equipo?
Primero, que lo tomen con seriedad. Si bien la directiva entró al quite con poco tiempo para prepararse y tomó a la franquicia casi desde las cenizas, el aficionado tampoco espera que su equipo pierda todos los partidos.
Los nuevos dueños y dirigentes del Unión Laguna no son magos, hay que tenerlo claro; ellos también aprenderán en el camino. Y tampoco son "salvadores"; sean cuales sean las circunstancias en las que toman el control, se trata de un negocio, en el que seguramente no querrán perder.
La tarea es para todos. La afición tendrá que entender que el equipo no es de los fuertes ni siquiera en su zona.
Antes de encarar la ya tradicional Copa Gobernador, el fin de semana en Monclova, se sabía que Algodoneros competía para ser el cuarto lugar (el último) y así fue, producto de derrotas en jornadas consecutivas ante Monclova y Sultanes.
No pasa nada. Ambos encuentros fueron de visitante y aún como parte de la pretemporada. Que Aceves haga los ajustes que considere necesarios y que apenas empezando la campaña regular, el equipo juegue de verdad.
Queda claro que hay inversión y ganas de hacer las cosas, ojalá y alcance al menos para, hacia final de la campaña, ver a los Algodoneros luchar por una posible clasificación a playoffs.
Del lado del Santos Laguna, el otro equipo grande de la Comarca, las cosas no andan bien. La afición no le deja de "tupir" a Reyes desde la eliminación en la liguilla pasada contra Rayados. En el actual torneo de Liga MX, el club no levanta.
Pero ante sí, se presenta la posible redención: eliminar a Tigres y luego al que se venga en la final de la Concacaf, que para el aficionado santista la víctima ideal sería Rayados. Solo así, me parece, podrían perdonar a su DT.
Mientras, y tras la no presupuestada derrota ante Atlas, el equipo se guardó unos días sin contacto con agentes externos, como si no tuvieran qué decir. Y está bien, que hablen con futbol y no solo con palabras.
