La joven empezó a hacer pinturas como terapia ocupacional y de relajación durante su embarazo. (EL SIGLO DE TORREÓN/MARY VÁZQUEZ)
Cristina Montenegro emprendió su negocio por accidente, pues pese a que no tomó algún taller para aprender a pintar, realiza cuadros, macetas decoradas, ropa y otros artículos, los cuales elabora en sus ratos libres.
Cuenta que descubrió su talento cuando estaba embarazada y empezó a decorar la recámara de su bebé, quien ahora tiene 3 años de edad, y se puso a pintar el cuarto donde elaboró algunos dibujos que reconoce no esperó que le quedarían tan bien. Luego hizo lo propio en otras áreas de la casa.
Al ver el resultado, como pasaba tanto tiempo sola y la mayor parte del día sin hacer nada, sólo a la espera de que su marido saliera del trabajo, decidió "matar el tiempo" y empezó a pintar pequeños cuadros, que además de terapia ocupacional le servía para relajarse. Otro de los pasatiempos que tiene es su jardín, donde tiene una gran variedad de plantas y un pequeño huerto que también creó.
Hace aproximadamente 6 meses acudió al Paseo Colón y observó a una persona que ofrecía plantas pequeñas, cactáceas principalmente, y se le ocurrió que también podría instalar su pequeño negocio, en donde el plus que ella ofrecería era que cada maceta está decorada. También empezó a crear cuadros elaborados en pequeños trozos de troncos de los árboles y así a diversificar sus productos.
Comenta que incluso se le ocurrió publicar sus creaciones en Facebook o Instagram y el éxito fue total, pues fueron creciendo los pedidos.
Su productos los ofrece a bajo costo, pues las pequeñas macetas, que por cierto también ella produce cuestan 50, 60 y 70 pesos.
Dentro de sus creaciones están los dibujos de caricaturas de moda, pues dice que también busca dar el mensaje a los niños sobre la importancia del cuidado de la naturaleza y al comprar una planta la idea es que los pequeños se encarguen de cuidarla.
Cristina cuenta que cuando empezó con ese "hobbie" su marido la "juzgó de loca", pues le decía que cuando naciera su bebé tendría tantas cosas en qué ocuparse y se olvidaría de la pintura, pero no fue así, incluso dice que al ver el éxito que tiene con sus creaciones su esposo, quien es gerente de compras en una empresa, le asesora para que el negocio prospere, ya que le permite contribuir al gasto familiar.
