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QUE SE PIDAN LAS DISCULPAS

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Nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, escribo todo el nombre completo para que me digan ustedes, ¿cuál de ellos no proviene de la tradición hispánica?, ha pedido a la Corona Española y a la Santa Sede que pida perdón por La Conquista y por la cristianización de América. Me parece que se quedó corto: debería pedirle también a los descendientes de los aztecas que le pida perdón a los tlaxcaltecas por haber utilizado a su pueblo como ganado de sus dioses en las guerras floridas y a todos los pueblos que conquistó para construir su imperio. ¿Para qué quedarnos cortos? Los teotihuacanos debieran pedir perdón y los mayas y los incas que también fueron conquistadores. Los romanos, no se digan, esos le deben de pedir perdón al mundo no sólo por haber hecho desaparecer a Cartago, sino por apropiarse de todo el orbe conocido en su tiempo. Y Alejandro Magno debiera pedir perdón y Gengis Kan, Julio César por la invasión de las Galias, Inglaterra, Francia, Holanda y Portugal por los imperios construidos a costa de África y Asia. Tanto perdón que hay que pedir por moverse de su lugar.

Los visigodos y los ostrogodos por apoderarse de Italia y España. Los musulmanes por haberse atrevido a extender sus territorios por África y España. Los Plantagenet por apoderarse de la Corona Inglesa, Los Carolingios por destronar a los Merovingios. Los musulmanes por imponer su religión en sus conquistas, lo misma que los cristianos y todas las demás religiones que se han esparcido por el mundo como la budista o la chintoista. Otra vez voy con los aztecas, deben de pedir perdón por haber inventado a Huitzilopochtli, un dios sanguinario que se alimentaba con corazones humanos.

Pero nos seguimos quedando cortos, el género humano debe de pedir perdón por ser humanos y no haber construido el paraíso terrenal donde corre la leche y la miel (esas dos cosas yo no tengo problema alguno para encontrarlas en esta región, sobre todo la leche) y donde desaparezcan las guerras y los conflictos que han ido construyendo la cultura.

Trauma es para algunos darse cuenta de que el mundo de los sueños es un espejismo. El mundo feliz se construye tal y como se cuenta en el libro de Huxley o de Owen o de Bradbury: destruyendo el espíritu humano. Si las conquistas son malas, todas los son, hasta la de los mercados. En ese estado de cosas, los libres comercios van a desaparecer para cerrar las fronteras y conformarnos con los mercados locales donde se pueden imponer monopolios gubernamentales con productos malos, caros y tarjeta de racionamiento. No hay que salir a la conquista de los mercados, como lo enseñan los chinos, porque entonces tendremos que pedir perdón a los mercados conquistados. No tenemos que seguirle el juego a la tecnología porque eso supone participar de la economía mundial. Debemos permanecer en nuestro territorio, subsistir con nuestros propios procesos tecnológicos, convertirnos en lo que se han convertido los países africanos. Dejarnos mangonear como se dejaron los rusos en los tiempos de Stalin, o los chinos en los de Mao, o Venezuela con Maduro o Cuba con los Castro. Subsistir, porque todo sueño que suponga evolución, podría convertirse en ideología liberal capitalista. Hay que irnos acostumbrado a los carros viejos, a estirar la mano para que nos den. Vivir como los animales, sin una conciencia de querer ser. Vivir, como dice la canción, por vivir.

Los egipcios deberían de pedir perdón por haber construido sus tumbas con el trabajo humano esclavizado, como el Gran Kan por construir su gran muralla con los mismos medios. Deberíamos destruirlos, así como los circos romanos, Teotihuacán, todas las ciudades mayas y las maravillas del mundo porque de seguro costaron sudor y esfuerzo.

Los pueblos, cuando se olvidan de la evolución, se atrasan y si alguna vez fueron conquistadores, se vuelven conquistados. No hay medias tintas. La historia del mundo ha sido esa, que me digan en donde no se ha aplicado ese principio.

Rechazamos un aeropuerto de primer mundo, rechazamos la historia, rechazamos la evolución, nos conformamos con estar a merced del gran hermano.

¿Si tiene que pedir perdón por la evangelización? Pues que también se pida perdón por profusión de ideas marxistas y socialistas y por las internacionales cuya pretensión era construir el comunismo (imposible) mundial. Si también por el liberalismo mundial. Los políticos deberían pedir perdón por aprovecharse del analfabetismo del pueblo y corromper las ideas de democracia provocando el hambre y el sufrimiento en lugar de la justicia. El hombre debería de pedir perdón por pensar.

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