VOZ DEL DIHABLO

Mötley Crüe lo ha hecho todo, hasta una película con cuatro personajes sacados de Jackass que ya mueve las fibras más sensibles del ‘rocker’ viejo.

The Dirt está en el aire, y hasta ahora, no he escuchado algún comentario fuerte negativo. Apenas el viernes 22, Netflix sacó la ‘biopic’ de la banda angelina que irrumpió en la escena de su ciudad a principios de los 80. La película narra, a manera rápida, la historia de la agrupación autodestrucitva por naturaleza. La que conoció los límites por estar ahí, en la cúspide. Está claro que en menos de dos horas de duración resulta imposible incluir todos los excesos con los que Mick Mars, Nikki Sixx, Tommy Lee y Vince Neil se condujeron, sin embargo, me parece que hasta ahora el buen recibimiento que ha tenido el filme se debe principalmente a que refleja de alguna manera la esencia de lo que fue y representa Mötley Crüe.

De entrada, se nos presenta a un Nikki Sixx como voz principal, pero conforme avanza la película cada uno de los protagonistas interviene como el conductor del “documental actuado”. Tiene sus partes ‘mamucas’, gringos al fin, pero tampoco es que se caracterice por eso. The Dirt reúne pasajes icónicos del ‘glam’, su escena y su autodestrucción. Y hay, casi al final del filme, una imagen muy representativa del cambio de escena musical, entre lo que fueron los 80 y lo “alternativo” de los 90.

Otro acierto, me parece, fue incluir a John Corabi, aunque lo pongan como un menso, y omitir los tres últimos trabajos de estudio, perfectamente olvidables. La historia termina con su última presentación, Las Vegas, 2015, víspera de Año Nuevo.

El ‘soundtrack’ también ya está disponible, aunque aún no llegue a México. Obvio, es un compilado de éxitos de MC con algunas adiciones, como el ‘cover’ de Like a Virgin, de Madonna, o el tema homónimo de la película.

Y justo cuando estaba por terminar esta columna, veo un post de mi entrañable amigo Toño Cuéllar, en el que critica muy a su estilo el filme; asegura que es tan malo como la música de Mötley Crüe. Luego, entre los comentarios, suaviza un poco con una gran verdad: “Es la única banda de ‘glam’ que aguanto”.

Para quienes no han visto The Dirt, se las recomiendo. Está “palomera” si no son afines a la música de Mötley Crüe y es un referente obligado para quienes crecimos con algo de sus canciones; el ‘soundtrack’ de nuestras vidas.

Cierto, no competirá por un Oscar, pero ¿a alguien le importa? Antes de irme, les cuento: resulta que Metallica decidió repetir el concierto con la sinfónica de su natal San Francisco, como para conmemorar los 20 años desde su lanzamiento, pero la polémica llega luego de la preventa de boletos.

La fecha elegida para la magna celebración es el 6 de septiembre, aunque ante las muchas quejas sobre la venta de entradas, que (hay que decirlo) fue acaparada por revendores, ya se dio a conocer una segunda fecha, el 8 del mismo mes.

Mi amigo Kanikas, que radica en el extranjero desde hace algún tiempo, confiaba en una especie de contraseña para asegurar sus boletos en ‘pre-sale’. Algo salió mal en la logística que la misma banda tuvo que emitir un comunicado en el que aceptó el error.

“Los escuchamos y aprendimos de nuestros tropiezos”, se puede leer. Y la nueva cita fue anunciada. Y es que, por increíble que parezca, los precios de las entradas para la fecha original se acercan a los 7 mil dólares en la reventa, cuando originalmente tenían un costo de 500.

Podrán decir lo que quieran, pero Metallica se sigue vendiendo. Para más: La Música del Dihablo [Facebook]. Soy @Foko_54, los leo.