Su llegada al albergue se dio porque una señora le dijo que acudiera para que le dieran alimento y se le facilitó también un par de zapatos, una chamarra y mochila para que continuara su camino. (EL SIGLO DE TORREÓN)
“Te asaltan o te secuestran o no falta que te hagan” afirma “Pepe”, quien pese a todos los peligros a los que se expone, viaja “colgado” del tren para trasladarse a trabajar en los campos agrícolas de Chihuahua, donde percibe un sueldo de 1,000 a 1,300 pesos por semana.
Cada año el joven de 23 años de edad, emprende un viaje de varios días para llegar al rancho donde trabaja recolectando cebolla y manzana. Comenta que desde los 14 años, su tío se lo llevaba a trabajar en aquella ciudad.
En esta ocasión hizo una escala en la casa del Migrante en Torreón, después de tres días de camino, le falta todavía prácticamente la mitad para llegar a su destino.
Su llegada al albergue se dio porque una señora le dijo que acudiera para que le dieran alimento y se le facilitó también un par de zapatos, una chamarra y mochila para que continuara su camino.
Agrega que es originario de San Martín, una populosa colonia de Guadalajara donde vive con su esposa e hija de 1 año de edad a quienes les envía 800 pesos por semana, cuando no trabaja horas extras, pues normalmente se queda con 200 pesos para “irla pasando”, pues en el centro agrícola les dan el alimento y hospedaje.
Se le cuestionó si es objeto de explotación laboral y afirmó que no, pues sus patrones los tratan bien e incluso les hacen una fiesta cuando termina la temporada, pues permanece alrededor de 6 meses.
“Pepe” reconoce que al trasladarse en el tren está expuesto a muchos peligros y dice que incluso le ha tocado ver como los mismos migrantes “avientan” a sus paisanos porque son muchos los que van, que algunas mujeres son víctimas de violación o como sujetos se suben y golpean a los hombres, a algunos los bajan y se los llevan , pero dice que la necesidad lo obliga “treparse”.