Parar la alarma confunde al cerebro, que estaba programado para despertar al escucharla. (INTERNET)
A veces las personas, en cuanto suena la alarma de su despertador, la programan para, al apagarla, que suene de nuevo unos minutos después, esperando que esos momentos de sueño extra ayuden a descansar mejor, sin embargo, hacer esto podría ser nocivo.
El cuerpo tiene un ciclo natural del sueño y antes de despertar, se prepara para salir de ese estado de descanso. El despertador interrumpe el ciclo natural del sueño, y aunque la persona se activa, el cuerpo de alguna forma aún no está preparado, o ‘despierto’, algo a lo que se le conoce como ‘inercia del sueño’, detalla el sitio Gizmodo.
Cuando se pospone el momento en el que la persona despierta, retrasando la alarma para que vuelva a sonar unos minutos más tarde, el ciclo de sueño vuelve a comenzar y el cuerpo se prepara de nuevo para dormir, ciclo que vuelve a ser interrumpido con la segunda alarma y de ahí que veces la persona se sienta aún más cansadas y reacia a levantarse que cinco o diez minutos antes.
Algunos estudios señalan que este ‘sueño fragmentado’ es menos reparador y sólo hará que la persona se sienta somnolienta durante el día. La recomendación es en todo caso no intentar volverse a dormir tras el sonido de la primera alarma, sino usar ese espacio de tiempo en lo que vuelve a sonar para comenzar a despertarse poco a poco.
DA.