Se han suscitado más de 20 incendios en 4 meses en el Parque Estatal Cañón de Fernández, que es un Área Natural Protegida, por lo cual esperan pronto tomar medidas más drásticas ante quemas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Se han generado de noviembre a la fecha más de 20 incendios en el parque estatal Cañón de Fernández.
"Yo puedo decir con toda seriedad que desde noviembre hemos acudido a más de 20 incendios, algunos han sido conatos, pero si no han sido atendidos hubieran ocasionado grandes pérdidas de vegetación", dijo el administrador del parque, Eduardo Escobedo.
No obstante, a la fecha no se han aplicado sanciones a los posibles iniciadores del fuego, que afortunadamente hasta ahora no ha consumido cantidades más grandes de especies.
El funcionario dijo que gracias a los dos vigilantes que existen y que cubre el Ayuntamiento de Lerdo, Pancho y Genaro, se han podido evitar que se propaguen a mayor escala en el Área Natural Protegida (ANP).
"Ellos tienen herramientas con las que inmediatamente encierran el incendio para evitar que se propague y evitar grandes pérdidas de vegetación", dijo el encargado de este parque, que depende de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNyMA) de Durango.
A la fecha se han perdido, 8 sabinos y 20 mezquites. Las zonas afectadas son las áreas cercanas a los ejidos 21 de Marzo y Graseros, confirmó la autoridad.
Hasta ahora se tienen informes de que el origen de los incendios son la quema de pastizales, por la limpia que hacen en las parcelas ejidales.
"Urge una reunión del órgano consultivo para analizar el tema de establecer sanciones. Se debe tratar esto punto lo antes posible", dijo el biólogo Escobedo, quien aseguró que sí tienen ubicadas a las personas que han provocado los incendios.
En el área conocida como Cañón de Fernández, atravesada por el Río Nazas ubicada en la subcuenca del Alto Nazas y en la parte sur del Municipio de Lerdo, se encuentran ecosistemas desérticos característicos del desierto chihuahuense, así como ecosistemas acuáticos y riparios, en donde predomina una vegetación de matorrales micrófilos y bosques de galerfa caracterizados por la abundancia de vegetales leñosos, los cuales permiten la existencia de un gran número de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, que de acuerdo con los estudios realizados en el área, es necesario su protección y conservación, además, por su gran contribución a la diversidad biológica.
